Tanto en el caso de las grandes obras –autopistas o líneas de alta velocidad ferroviaria– como en los nuevos desarrollos urbanísticos expansivos que no responden a las necesidades reales de más viviendas, es urgente declarar el final del crecimiento por el crecimiento y abordar políticas alternativas de verdadero interés social y ambiental.
Durante los años noventa proliferaron plataformas, asociaciones de vecinos y partidos políticos que manifestaron su malestar con las medidas tomadas procesadas por el gobierno municipal de Valencia.