Barreras invisibles para las mujeres científicas
‘Mujeres y Ciencia', un diálogo para reflexionar sobre la desigualdad de género
Maria Josep Picó | De izquierda a derecha, Lucía Hipólito, Ana Cidad, Eva Álvarez y Dolors Corella, participantes del diálogo Mujeres y Ciencia.
«El talento ya no nos está prohibido», aseveró la catedrática Amelia Valcárcel en su discurso de investidura como doctora honoris causa en la Universitat de València el pasado 8 de marzo. Las mujeres han conquistado el saber y la libertad, a la vez que «han ganado sus derechos naturales a tener ambición y expectativas», continuaba. Aún así, «pediría a quienes gobiernan el saber, que ayuden a acabar con las barreras invisibles», argumentaba la catedrática de Filosofía Moral y Política en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) durante su lectio.
Precisamente sobre el saber, el diálogo Mujeres y Ciencia, organizado por el Ayuntamiento de Valencia y celebrado en Las Naves el pasado 9 de marzo, invitó a reflexionar, desde experiencias de éxito e inspiradoras, ante este techo de vidrio en las carreras científicas femeninas. Porque aunque hay una apariencia de igualdad de oportunidades, las mujeres «encontramos muchas dificultades en la ciencia de alto nivel, que limitan nuestro crecimiento y consecución de poder para liderar nuestros propios proyectos, equipos y presupuestos de investigación», apuntaba Dolors Corella, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universitat de València e investigadora del CIBERobn.
Falta de referentes
Retomando las barreras invisibles a las que aludía la teórica del feminismo crítico Valcárcel, se debatió sobre la existencia de una verdadera elección de carreras. De hecho, «la carencia de referentes de mujeres científicas, arquitectas, tecnólogas y, especialmente, ingenieras, es un factor limitante y, a nosotras mismas, nos hace falta más conciencia sobre la perspectiva de género», en opinión de Ana Cidad, ingeniera en Telecomunicaciones y Gestora de I+D en el Centro de Investigación en Métodos de Producción de Software de la Universidad Politécnica de Valencia.
En ese sentido, durante la sesión se evidenció «la necesidad de mirar al futuro para cambiar estos referentes, incrementando nuestro propio compromiso al visualizarnos», según Lucía Hipólito, profesora del Departamento de Farmacia y Tecnología farmacéutica de la Universitat de València e investigadora en el ámbito de la neurociencia. Así, se insistió en la recomendación de que las mujeres citen a otras mujeres científicas y luchen contra las redes de confianza basadas en bibliografía masculina porque «parece que el trabajo importante lo hacen los hombres, aunque no es una lucha contra ellos, sino de mejorar todos juntos», añadía Eva Álvarez, arquitecta y profesora del departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad Politécnica de Valencia. Álvarez, desde su disciplina y la Red GDUS (Gender, Diversity and Urban Sustainability), también abogó por «una arquitectura inclusiva, por ejemplo, con el modelo de perspectiva de género desarrollado en Viena».
Por su parte, la concejala de Igualdad y Políticas Inclusivas del Ayuntamiento de Valencia, Isabel Lozano, insistía en la prioridad de que desde las administraciones «se actúe para actualizar estos referentes, por ejemplo con la revisión de libros de texto o tratando de llegar a un gran acuerdo con los medios de comunicación, responsables en la creación de opinión pública y del imaginario colectivo». En ese sentido, Neus Campillo, catedrática de Filosofía de la Universitat de València, había argumentado en su laudatio a Valcárcel cómo es de urgente que los medios «muestren los éxitos de las mujeres, no solamente sus estereotipos y problemas», como por ejemplo la violencia machista y su papel como víctimas.
Coque González | De izquierda a derecha, en un momento de la conversación, se encuentran Eva Álvarez, Dolors Corella, Maria Josep Picó, quien moderó el acto, Lucía Hipólito y Ana Cidad.
Conciliación y microfísiques del poder
Cuando en el ámbito estatal sólo hay una rectora de universidad y las mujeres ocupan el 21% de las cátedras o sólo lideran el 16% de grupos de excelencia, «desde los gobiernos tenemos que poner en marcha medidas de discriminación positiva para fomentar la carrera científica de las jóvenes investigadoras», afirmó la directora general de Universidad, Investigación y Ciencia, Josefina Bueno, profesora de Filología Francesa de la Universidad de Alicante.
Bueno indicaba, además, la existencia de «dificultades multidimensionales» para el desarrollo de las carreras científicas, donde una de las piezas clave es abordar con responsabilidad, seriedad y medidas concretas la conciliación familiar. Porque todavía hay que «evidenciar las microfísicas del poder del patriarcado», como concluía Amelia Valcárcel –investida honoris causa a petición de la Unidad de Igualdad de la Universitat de València–. De hecho, como lamentaba la profesora impulsora del feminismo como teoría política, todavía hoy, en el siglo xxi, «que la paridad se mantenga en la agenda global requiere de un permanente esfuerzo».
Maria Josep Picó. Periodista ambiental y divulgadora científica, Valencia.
© Mètode 2016.