Entrevista a Ángeles Heras

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Ángeles Heras es profesora titular del Departamento de Química Física II en la Universidad Complutense de Madrid y puede presumir de una larga trayectoria en investigación aplicada sobre innovaciones físicas y químicas sostenibles. Actualmente dirige la institución académica madrileña un grupo de investigación especializado en quitinas y quitosanos. Estas partículas, que se obtienen principalmente de los desechos del marisco (aunque también pueden encontrarse en algunos hongos y levaduras) poseen interesantes aplicaciones en alimentación, farmacia y cosmética. Producto del conocimiento obtenido de su equipo de investigación, en 2011 surgió el proyecto InFiQuS, Innovaciones Físicas y Químicas Sostenibles, S.L., una spin-off de la UCM que desarrolla dichos productos.

Heras reconoce que cuando era joven «no estaba bien visto que el conocimiento de los laboratorios universitarios se trasladara a la iniciativa privada», pero confía en que la mentalidad está cambiando con el paso de los años. Ella se erige como ejemplo exitoso de científica emprendedora sin conocimientos previos de gestión económica. «El entorno universitario me proporcionó las herramientas necesarias para lanzar mi proyecto», asegura. El resultado más inmediato, cerrar el ejercicio anterior con superávit, algo de lo que su líder puede estar orgullosa, ya que «InFiQuS nació sin ayuda de subvenciones», remarca.

¿Cómo surgió la idea para crear InFiQuS?
Teníamos amplia experiencia en un producto, el quitosano, que ofrece muchas posibilidades. Extendiendo ese conocimiento a otros compuestos que se pueden obtener revalorizando residuos de la industria agroalimentaria decidimos lanzar una spin-off. La clave pasa por tener una idea y una experiencia.

¿Cuáles son las dificultades más significativas con las que se topó?
Lo más costoso es cambiar el chip. Es decir, pasar de la mentalidad científica, que quiere saberlo todo olvidando los euros, a la mentalidad empresarial, que tiene presente que montas un negocio, no una ONG. Hay que encontrar un equilibrio entre querer tener un conocimiento y querer venderlo. En mi caso particular el mayor desafío fue, una vez ya constituida InFiQuS, todo lo relativo a su gestión: contratación de personal, cuestiones fiscales…

¿Qué cree que le ha aportado el haber emprendido a su perfil de científica?
La empresa me aporta mucha satisfacción personal porque me encanta lo que hago. Estoy consiguiendo mantener trabajando a doctoras que se han formado en mi grupo de investigación que de otro modo estarían en el paro ahora mismo. Creo que fundar un negocio es una manera de otorgar valor añadido al conocimiento que habíamos generado.

Varios investigadores presentes en este Congreso entienden la crisis como una oportunidad para emprender. ¿Coincide usted con esa visión?
Para emprender hay que atreverse, haya crisis o no. Indudablemente en estos momentos, el hecho de que las cosas estén más difíciles empuja a muchos científicos a buscarse la vida y tomar más riesgos.

¿Qué puede aportar su presencia al I Congreso Nacional de Científicos Emprendedores?
Principalmente dos cosas. El conocimiento y la experiencia de haber emprendido, por un lado, y el entusiasmo con el que lo he hecho y lo sigo haciendo.

Laura Garsando. Estudiante de Periodismo, Universitat de València.
© Mètode 2012.

 

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«Lo más costoso es cambiar el chip. Es decir, pasar de la mentalidad científica, que quiere saberlo todo olvidando los euros, a la mentalidad empresarial, que tiene presente que montas un negocio, no una ONG»

© Mètode 2012