La cultura de nuestras plantas

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© Mètode
Los participantes en la presentación, de izquierda a derecha: Ferran Zurriaga y Daniel Climent, autores del Herbari; Martí Domínguez, director de Mètode; Pedro Carrasco, vicerrecector de Investigación de la Universitat de València; e Isabel Mateu, directora del Jardín Botánico de la Universitat de València.

El Jardín Botánico de la Universitat de València acogió ayer la presentación de su nueva monografía Herbari. Viure amb les plantes, el último libro de la colección «Monografies Mètode» que publica la revista Mètode. Ni la lluvia ni las fuertes rachas de viento que azotaron Valencia fueron impedimento suficiente para que el auditorio del Botánico se llenara de asistentes curiosos sobre la flora valenciana. De hecho, acababan de dar las siete de la tarde, hora de inicio del acto, y ya se había agotado la primera tanda de ejemplares del libro, con el que Mètode decidió obsequiar a los presentes.

Al calor del público, los dos autores de la obra se encontraban como en casa. Daniel Climent y Ferran Zurriaga, colaboradores habituales de Mètode, transmitieron su pasión por la naturaleza desde el primer momento, y demostraron con entusiasmo que ciencia y entretenimiento no son conceptos incompatibles. «En el libro explicamos qué es el paisaje y cómo tenemos que conservarlo», señalaron. Su habilidad para mezclarlo con la cultura popular y la mitología desencadenó una conferencia que absorbió a los asistentes durante una hora. Cierto es que ambos expertos se dedican a la docencia, hecho que les facilitó el objetivo del encuentro: consiguieron construir una «botánica amable», tal y como la calificó Martí Domínguez, director de Mètode.

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Los autores del Herbari acercaron al público las peculiaridades de la flora valenciana.
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Ferran Zurriaga, Martí Domínguez y Daniel Climent conversaron con el público en el turno de preguntas.

 

«El objetivo del Herbari es «explicar qué es el paisaje y cómo conservarlo»»

Por su parte, Daniel Climent dio una lección magistral sobre etnobotánica en la conferencia Arbres simbòlics i venerats, dels patrons globals a les particularitats valencianes. «Los árboles y arbustos tienen un gran componente simbólico para muchas comunidades, existe un gran arraigo sentimental. Por ejemplo el caso del mirto en algunos pueblos valencianos, que da nombre a sus patrones», explicó. Desde morada de dioses y ninfas (como el azufaifo de Alá o el granado de Hades) a iconos de festividades (como el árbol de Navidad o las palmas de Pascua), la relación de la flora con la mitología y el folclore es notoria.

   
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A pesar de la lluvia y el viento, la presentación contó con una gran asistencia de público.
 

 

«El árbol simbólico se ha perfilado en la sociedad como hábitat de dioses y ninfas o icono de festividades»

Natural de Olocau, Ferran Zurriaga es «el mejor defensor del algarrobo valenciano», bromeó el director de Mètode. El especialista no puede evitar recordar episodios de su infancia cada vez que habla sobre la flora de la región del Camp de Túria, y por eso sus memorias estuvieron presentes también en el auditorio del Jardín Botánico. Con los asistentes compartió, nostálgico, los recuerdos de la poda de la palma durante la plaga de la filoxera, la evocación del algarrobo de Jávea pintado por Sorolla, o la literatura de Joan Pla para retratar los olivos, entre otros.

   
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Cuando finalizó el acto, los autores de Herbari firmaron ejemplares de la monografía a los asistentes, que recibieron la publicación de regalo.
 

 

«La pérdida de los pequeños labradores esté homogeneizando el paisaje mediterráneo»

Ferran Zurriaga

La desaparición de la agricultura familiar

El paisaje mediterráneo es «el resultado del paso de los labradores, pequeñas familias agricultoras que lo han humanizado a lo largo de la historia y han conseguido hacerlo nuestro», afirmó Zurriaga. Por tanto, si había alguna cuestión de futuro que preocupaba a los ponentes es la pérdida de estos constructores naturales, que está desembocando actualmente en «la homogeneización del paisaje», que pierde riqueza y se transforma «en pinar y matorral que terminará quemándose», alertó. «¿Por qué recurrimos a los cortafuegos artificiales si tenemos naturales?», se preguntó, para después lamentar la inactividad de la administración en la preservación de las especies autóctonas. Para los dos profesionales, la clave está muy clara: «Tenemos que saber ver y amar la naturaleza», concluyeron.

Laura Garsando. Esutidante de Periodismo de la Universitat de València.
© Mètode 2013.

 

 

© Mètode 2013