La DANA de València es un efecto del cambio climático o un fenómeno habitual del Mediterráneo?
Los episodios de lluvias torrenciales que se producen cuando llega el otoño en el litoral valenciano y que tradicionalmente recibían el nombre de gota fría no son una novedad. En 1957 se produjo la gran riada de València cuando el río Turia se desbordó en la ciudad, y en 1982 la pantanada de Tous dejó negados muchos municipios de la Ribera Alta. A pesar de que estos episodios son recurrentes en la historia de la provincia, los científicos tienen claro que el cambio climático ha tenido un papel fundamental en la intensidad con la cual se ha producido esta vez.
Un estudio a raíz de las inundaciones acontecidas en València publicado en la plataforma ClimaMeter señala que las DANA son hasta un 15% más húmedas en el litoral mediterráneo español que en el pasado. Según María José Sanz, directora científica del Centro Vasco para el Cambio Climático, «el hecho que una DANA sea más húmeda se traduce en un mayor volumen de precipitación en periodos muy cortos de tiempos». Esto podría explicar el dato de lluvia registrada durante este episodio en la localidad valenciana de Turís, con 179,4 litros en tan solo una hora, dato que supera cualquier récord anterior registrado en este periodo de tiempo.
Otra variable esencial para entender el problema es el aumento de la ondulación en la corriente en chorro del frente polar, provocada por los cambios ambientales en el Ártico a consecuencia del cambio climático. «Una mayor ondulación provoca que embossaments de aire muy fríos se descuelgan de esta corriente y llegan al sur de Europa», afirma María José Sanz. Por otro lado, las temperaturas del agua tanto en el Mediterráneo como el Atlántico están, como resultado de la actividad humana, «mucho por encima» de las concentraciones medias observadas en las series históricas. «Un Mediterráneo más cálido ayuda al hecho que las tormentas se forman con mayor facilidad cuando aparece una DANA que lleva este aire más frío en altura, la situación se vuelve muy inestable con además una alta concentración de agua precipitable en la atmósfera».
Aunque las lluvias torrenciales en otoño son un fenómeno característico del litoral mediterráneo, la comunidad científica coincide que el cambio climático está intensificando tanto su frecuencia como su severidad. La DANA de València, con registros históricos de precipitación, es un ejemplo claro de como las temperaturas más cálidas del agua y los cambios en las corrientes atmosféricas están amplificando estos episodios.