Los ecos de la primavera silenciosa

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Una carta escrita por su amiga Olga O. Huckins, donde explicaba cómo los pájaros de su santuario de Massachusetts estaban muriendo a causa de los efectos de una fumigación, fue lo que inspiró a Rachel Carson para escribir Silent Spring (Primavera silenciosa), su libro más importante, que se publicaría en septiembre de 1962. Carson, que trabajaba como bióloga marina en el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos, ya había mostrado su preocupación por la contaminación derivada del uso de determinados plaguicidas en obras anteriores. Pero no fue hasta que denunció los efectos del DDT, un compuesto químico muy popular en aquella época, cuando su crítica alcanzó el peso que merecía. Como mínimo en su país. Más allá de las fronteras de los Estados Unidos, el eco de sus tesis fue menor. Para analizar la influencia de Silent Spring en el Estado español después de 50 años de su publicación, el Institut d’Estudis Catalans organizó la semana pasada una mesa redonda en Barcelona que se retransmitió en directo en el Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia López Piñero de Valencia.

Con Silent Spring Carson se convirtió en un icono del incipiente movimiento ecologista, pero también topó con todo el peso de la industria que formaban las empresas agroquímicas, que no estaban dispuestas a renunciar a las grandes cantidades de ingresos que les proporcionaba la venta de DDT. Aunque el libro de Carson tuvo una muy buena acogida entre el público –se mantuvo durante 31 meses en la lista de los más vendidos-, en gran parte gracias a su estilo cercano, la autora recibió duras críticas que muchos mantienen todavía. Las acusaciones apuntaban a la falta de rigor científico (Carson no tenía ninguna filiación académica) y la negación del progreso. Además, por el hecho de ser mujer, su obra fue tachada de emotiva (sus detractores la retrataban como una soltera histérica que amaba más a los animales que a las personas). Carson llegó a recibir amenazas de demandas por difamación por parte de algunas compañías. A pesar de todo, el presidente Kennedy encargó una investigación sobre los efectos del DDT que acabaría dando la razón a las tesis de Carson. De hecho, este compuesto químico se prohibió en la mayoría de países desarrollados. Pero, aún así, muchas personas piensan que la voz de Rachel Carson no fue suficientemente escuchada.

Primavera silenciada: el escaso impacto del «fenómeno Carson» en nuestro ámbito

El caso de Silent Spring es significativo porque nos revela algunas claves sobre la credibilidad de la ciencia y sus relaciones con la sociedad o con la cuestión de género. Por eso, la mesa redonda organizada por el IEC abordaba las repercusiones que tuvo este libro en el Estado español en algunos campos como la ecología, la toxicología, la comunicación científica o la historia. El acto se estructuraba en cuatro bloques, en cada uno de los cuales un experto exponía su punto de vista. El primero en hablar fue Joandomènec Ros, catedrático de Ecología en la Universitat de Barcelona y traductor de Silent Spring al castellano. Ros desmontó algunas de las críticas que se han hecho a la obra de Carson, especialmente las que se refieren a su catastrofismo y falta de rigor, y recordó que la autora no solo se preocupaba por los animales, sino que dedicó parte de su texto a la salud y la economía de las personas. Ros mencionó el artículo The lies of Rachel Carson, del entomólogo J. Gordon Edwards, una de las pocas críticas que no proviene de la industria agroquímica y que señala algunos de los errores metodológicos que pudo haber cometido la autora de Silent Spring, aunque para el catedrático de la UB es excesivamente detallista. De acuerdo con este experto en ecología, la poca influencia de la obra de Carson en el Estado español se debe, en gran medida, a la mala calidad de las primeras traducciones que se hicieron al castellano. Además, Ros remarcó la importancia que tuvo Silent Spring para la ecología al introducir conceptos como la agricultura ecológica o las externalidades que se derivan de algunos procesos humanos.

 

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© Mètode
Portada de Silent Spring, donde Rachel Carson denunicaba los efectos tóxicos del DDT sobre los animales y las personas.

 

«Con Silent Spring Carson se convirtió en un icono del incipiente movimiento ecologista, pero también topó con todo el peso de la industria que formaban las empresas agroquímicas»

 

«De acuerdo con Joandomènec Ros, la poca influencia de la obra de Carson en el Estado español se debe, en gran medida, a la mala calidad de les primeras traducciones que se hicieron al castellano»

 

«Joaquim Elcacho concluía que la repercusión de Silent Spring ha sido insuficiente en el Estado español y que la prohibición del DDT respondía más a intereses económicos que a la presión ecologista»

El periodista científico Joaquim Elcacho fue el siguiente en intervenir, con una exposición sobre la recepción del «fenómeno Carson» en algunas publicaciones de la época. Elcacho apuntaba que no se hacía mención a Silent Spring en ninguna de las obras sobre medio ambiente editadas en el Estado español que él había  analizado (Natura: ús i abús, 1976; La contaminación, 1973; El combat ecologista a Catalunya, 1979), ni en las ediciones de la Gran Enciclopèdia Catalana del 73 y el 77. Respecto a los medios de comunicación, el periodista señalaba que algunas cabeceras de gran importancia durante el franquismo, como Triunfo o Blanco y negro, no hacían prácticamente ninguna referencia al libro de Carson. En el periódico La Vanguardia, la primera referencia a Silent Spring no se hizo hasta 1973 y el 1994 el libro protagonizaba un reportaje a fondo escrito por Mercè Piqueras. Sorprendentemente, el medio que más eco se hizo fue el conservador ABC, que publicó los resultados de la comisión de investigación de Kennedy y mantuvo un seguimiento del caso gracias a su corresponsal en los Estados Unidos, Josep Maria Massip. Elcacho concluía que la repercusión de Silent Spring ha sido insuficiente en el Estado español y que la prohibición del DDT respondía más a intereses económicos que a la presión ecologista.

El problema de la contaminación interna

¿Estamos más protegidos de la contaminación que en 1962? Esta era la pregunta que trató de responder el doctor Miquel Porta, experto en toxicología, que mostró su preocupación por el nivel de contaminación interna de la población en los países post-industriales. Según Porta, la poca influencia de Silent Spring en el Estado español se refleja en la falta de políticas públicas y privadas que luchen contra la contaminación interna. El investigador dio algunos datos alarmantes sobre el nivel de toxicidad en los humanos en Cataluña y reivindicó la lucha por la salud de las personas. Además, recordó que el DDT tiene una factura tóxica innegable, que puede derivar en enfermedades como el asma infantil, la obesidad o la diabetes. Porta denunció la tolerancia de la sociedad frente a los abusos y engaños de la industria alimentaria -principal fuente de contaminación interna- y, para finalizar su exposición, sugirió la vinculación entre los efectos tóxicos de compuestos como el DDT sobre los humanos y algunas de las enfermedades cuyas causas aún no conocemos, como el alzhéimer.

La polémica llegaba de la mano de Antonio Buj, doctor en Geografía humana por la Universitat de Barcelona, que trató de rebatir, a través del ejemplo de la plagas de langosta –su especialidad-, dos «medias verdades» que contiene el libro de Carson. En primer lugar, Buj cuestionó la idea de la autoridad moral de la naturaleza, alegando que la humanidad no puede permanecer impasible frente a las plagas. En segundo lugar, el experto negó la posibilidad que planteaba Carson de reducir el uso de productos químicos ya que, según su punto de vista, aunque sean tóxicos, los compuestos como el DDT han ayudado a erradicar enfermedades como la malaria, que todavía existe en los países más pobres. La polémica se avivó en el turno de preguntas -en el cual también pudieron participar los asistentes en Valencia-, cuando se generó un debate entre Buj y Elcacho sobre estas cuestiones. En cualquier caso, la mesa redonda sirvió para poner de relieve dos cosas: que Silent Spring no ha tenido la difusión que merecía y que aún estamos a tiempo de dársela, ya que no es afectan muchos de los problemas que Rachel Carson ya describió en 1962.

Felip Pineda. Llicenciado en Periodismo, Valencia.
© Mètode 2012.

 

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© Mª Inmaculada Martínez Martí
Rachel Carson con pájaros. Tècnica mixta sobre papel.

 

 

«Miquel Porta denunció la tolerancia de la sociedad frente e los abusos y engaños de la industria alimentaria y sugirió la vinculación entre los efectos tóxicos de compuestos como el DDT y algunas de las enfermedades cuya causa no conocemos todavía»

 

 

«Antonio Buj cuestionó la idea de la autoridad moral de la naturaleza, alegando que la humanidad no podía permanecer impasible frente a las plagas»

© Mètode 2012
Periodista. Revista Mètode, Universitat de València.