Jesús Méndez: «Alrededor de la ciencia hay muchas historias que contar»
Médico, doctor en Bioquímica, periodista y escritor científico
«El profesional médico en las redacciones: pasado, presente y futuro». Este fue el título de la ponencia de Jesús Méndez en el seminario Comunicar la salud. Oportunidades y retos para la divulgación médica, organizado por la revista Mètode y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Jesús Méndez es médico, doctor en Bioquímica y periodista freelance. Como divulgador ha escrito para Agencia SINC, El País y El Heraldo de Aragón, entre otros, y es, además cofundador de Dixit Ciencia. En 2014 obtuvo el Premio Boehringer al Periodismo en Medicina (categoría digital) y el Premio Instituto Roche al Periodismo en Medicina Personalizada. Aprovechando la visita a Valencia nos contó sus impresiones sobre el periodismo científico en el panorama mediático actual.
«El periodismo científico tiene una labor informativa y educativa»
¿Por qué es importante el periodismo dedicado a la salud, y a la ciencia en general, en los medios de comunicación?
Para mucha gente la ciencia solo llega a través de los medios, así que el periodismo científico tiene una labor informativa pero también educativa. Además, particularmente la salud tiene una implicación muy directa con la vida de la gente y el hecho de estar bien informado es muy importante tanto para el modo de vida de esas personas como para la relación con sus médicos.
¿Qué puede aportar un investigador al periodismo de salud?
En la mentalidad de un investigador hay una posición inicial y una intuición mayor sobre cuáles son las fortalezas y las debilidades de una investigación, y eso ayuda a la hora de valorar y contrastar la importancia y la información de una publicación. Pero al mismo tiempo puede suponer un obstáculo, ya que no todos los investigadores comunican bien y muchos utilizan un lenguaje demasiado especializado. De todas formas, habría dos fases. Una, la del periodismo en general. De la otra fase, la llamada «tercera vía», hay un déficit en España. Se trata de la necesidad de publicaciones intermedias que sirvan tanto para el público que ya está interesado en la ciencia como para el propio experto, que no tiene tiempo de leer todos los artículos científicos pero sí puede informarse de una manera rápida y a la vez fiable. Pero, por desgracia, parece que no resulta rentable.
A menudo se habla de la falta de confianza entre el investigador y el periodista. ¿Cómo se podría fomentar una mejor relación?
Muchos científicos piden el artículo al periodista antes de que sea publicado. Yo no creo que el científico deba mandar sobre el trabajo del periodista, pero sí que debe tener la posibilidad de revisar sus propias declaraciones. De esa forma se va estableciendo un clima de mayor confianza. También es importante, muchas veces, la actitud y la aptitud del periodista.
«Uno de los retos para el periodismo de ciencia es que tenga mayor eco, que esté más reconocido, porque sin duda está desprestigiado en los medios de comunicación»
¿Cómo se puede actuar ante información no contrastada?
Es difícil, porque el público masivo muchas veces no tiene suficientes armas y se deja llevar por titulares llamativos. Supongo que se trata de tener las antenas despiertas cuando vas leyendo y percibir si se está queriendo causar más sensación que información. El público debería tener una labor más activa y el periodista buscar una evidencia más allá de las palabras que llegan desde los gabinetes de prensa que tratan de vender la información de una forma atractiva. Es importante que el periodista tenga intuición para ver donde están los puntos débiles. También es necesaria una agenda de contactos en la que confíes para que te dé una visión crítica y fiable. Cuando entré a colaborar con la Agencia SINC, Pampa García Molina, redactora jefa de la agencia, me puso una condición: que cada reportaje llevara al menos dos fuentes. Obviamente, no se trata de una cuestión matemática, pero apunta al hecho de que la información debe estar contrastada para dotar de riqueza al artículo. Todo ello teniendo en cuenta que también, a veces, puede haber una «ideología científica».
¿Cuáles son los errores más frecuentes del periodismo especializado en salud?
El intentar crear noticias muy compactas. Normalmente los medios hacen ver que las investigaciones científicas abordan problemas que se resuelven a la perfección y de una forma muy sofisticada e inteligente. La ciencia muchas veces no trabaja de esa forma, pero eso no se transmite. Tampoco se suele hablar de los efectos aledaños a una investigación: los costes de un nuevo tratamiento, los efectos secundarios… porque la gente no lo quiere escuchar. Otro error es que no se forma suficientemente a los periodistas en estadística. En el periodismo en general, y en el de ciencia en particular, esto es muy necesario. Con datos estadísticos bien hechos pero confusos es muy fácil dar una imagen que no corresponde a la realidad.
¿Qué mecanismos puede utilizar un periodista para distinguir unos datos manipulados o engañosos de unos datos fiables?
La intuición es muy importante. La intuición es un proceso lógico acelerado, no es algo mágico, y muchas veces nace de tener una cierta experiencia.
«El concepto de “escritor científico” habría que trabajarlo más, porque alrededor de la ciencia hay muchas historias que contar»
¿Cuáles son las dificultades y los retos que desafían al periodismo científico en la actualidad?
Uno de los retos para el periodismo de ciencia es que tenga mayor eco, que esté más reconocido, porque sin duda está desprestigiado en los medios de comunicación. Hay muchos medios que ni siquiera tienen una sección propiamente de ciencia, y si tienen alguna información científica la publican con otra etiqueta y queda difuminada. También es muy importante construir historias. En inglés está la expresión science writer, y aquí están los periodistas o divulgadores. Creo que el concepto de ‘escritor científico’ habría que trabajarlo más, porque alrededor de la ciencia hay muchas historias que contar que no son simplemente las de un artículo científico: las historias humanas, las historias dentro de la misma investigación… De esa forma se llegaría más a la ciencia, y se haría ver que es mucho más que fríos números.
«En las carreras científicas se deberían incluir más asignaturas de comunicación, y en el periodismo asignaturas para que todos los comunicadores tuvieran unas nociones básicas de ciencia»
¿Quién debe comunicar la ciencia: el científico o el periodista?
La única respuesta posible es «quien lo haga bien». La cuestión es que, para hacerlo bien, en las carreras científicas se deberían incluir más asignaturas de comunicación, y en el periodismo asignaturas para que todos los comunicadores tuvieran unas nociones básicas de ciencia que les ayudaran a la hora de interpretar gráficos y demás instrumentos estadísticos y a darles un enfoque más acertado.