«La gran noticia es que se está avanzando para controlar el cáncer desde frentes muy diversos», nos explica Josep Tabernero (Barcelona, 1967). Además de investigador, el doctor Tabernero dirige el Instituto de Oncología Médica del Hospital Vall d’Hebron (VHIO) y es el jefe de departamento de oncología médica del Hospital Universitario en este hospital. Ha sido escogido recientemente para ser el próximo presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica durante el período 2018-2019. Tabernero tiene un currículo amplio, inagotable.
Sobre el cáncer, el doctor Tabernero quiere transmitir un mensaje realista a la vez que esperanzador. El cáncer siempre nos acompañará, dice, pero –tal como nos aclara en la entrevista–, lo estamos combatiendo desde campos diferentes. Con su equipo, ha investigado, por ejemplo, el papel del sistema inmunológico cuando detecta células tumorales con la finalidad de desarrollar nuevos fármacos. «El cáncer se caracteriza por ser una proliferación anómala de células propias del organismo», nos explica. «Células que inicialmente son normales, pero que por unos cambios estructurales a causa de alteraciones progresivas –normalmente no es una sola alteración– cambian su codificación interna y se replican sin parar, inicialmente de forma local; después pueden hacer metástasis.» Cuando percibe la anomalía, el sistema inmunológico trata de curarla; si fracasa, el cáncer se extiende. «Los fármacos –dice Tabernero– pueden potenciar el efecto inmune del propio organismo.» Además de desarrollar nuevos tratamientos, también trabaja en nuevos métodos de detección, como es el caso de la biopsia líquida basada en el análisis de la sangre. .
El doctor Tabernero completó su período de formación en hospitales como el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas (Houston, EE UU), una referencia mundial en la investigación sobre el cáncer. Formado como gestor en los mejores centros de negocios, como ESADE, desarrolla su trabajo en el Vall d’Hebron desde 1997, un período en el que esta institución se ha convertido en uno de los centros más importantes del estado en la lucha contra el cáncer. Su despacho se encuentra en un edificio nuevo recorrido por un laberinto de pasadizos; una especie de búnker, sin concesiones al diseño ni nada que distraiga de su único objetivo.
El propio cuerpo es quien primero reacciona ante el cáncer.
En el organismo existen sistemas de alerta y reparación que se activan cuando las células empiezan a replicarse sin parar. En primer lugar, cuando el organismo detecta que una célula se vuelve aberrante puede intentar repararla. Si no lo consigue, puede hacer que la célula entre en apoptosis y muera. El segundo mecanismo de defensa es el sistema inmunológico, que puede reconocer que estas células malignas son diferentes a las células normales. Las células inmunes –especialmente los linfocitos T– pueden tratar de eliminar estas células. Cuando todo eso fracasa es cuando el cáncer progresa y puede crecer a lo loco y hacer metástasis.
¿Qué permite que aparezcan nuevos tratamientos?
Sobre todo el conocimiento de las propiedades del cáncer, de su biología molecular y de todas las propiedades que permiten que el cáncer avance. Conociendo las particularidades de cada tumor podemos elaborar una medicina de precisión, una medicina mucho más personalizada. Estos conocimientos hacen posible que cada vez seamos más capaces de identificar diferentes subtipos de tumor. Ya no hablamos de cáncer de mama o de colon, sino que especificamos el subtipo. Eso lo conseguimos estudiando muy bien las características moleculares y alteraciones genéticas que tiene el tumor de cada enfermo. Esta precisión también nos ayuda a decidir cuál es el mejor tratamiento. El estudio detallado de las alteraciones de tumores sobre los que aún no hemos desarrollado tratamientos justamente nos puede ayudar a desarrollarlos.
Es decir, antes se tenía un único tratamiento y se iba a ciegas; en la actualidad, en cambio, se puede ser más preciso.
Exacto.
El cáncer a menudo se asocia con la forma de vida y con hábitos perjudiciales.
La causa principal del cáncer es el envejecimiento. Y a partir de aquí podemos encontrar otras causas, como los malos hábitos, una alimentación errónea, intoxicarse con determinados productos o el contagio de un virus. Pero la causa más importante es el envejecimiento y eso no lo podemos cambiar. Los tumores siempre son genéticos –genéticos, sin embargo, no quiere decir que todos ellos sean hereditarios– y con la edad, los genes se alteran. Los cambios genéticos con la edad existen, y lo único que podemos hacer es no añadir otras causas: no añadir tabaco –fumar causa el 35 % de los tumores– ni tóxicos, seguir una dieta sana, no añadir virus (y administrar vacunas en los casos en que eso sea posible). Es decir, se puede trabajar con las causas externas, pero no con las causas internas, con el envejecimiento.
¿Y qué otros avances se están produciendo en esta lucha?
Afortunadamente hoy en día conocemos los mecanismos intrínsecos del cáncer y de su progresión. Además de conocer mejor las propiedades que caracterizan la célula maligna para poder crecer, proliferar y diseminarse, también conocemos cada vez más la importancia que tiene el estroma –todo el espacio fibroso y vascular que hay alrededor del tumor– y la importancia de la respuesta inmune contra el cáncer. Gracias a estos conocimientos estamos consiguiendo nuevas formas de tratar el cáncer. Actualmente no solo utilizamos medicamentos que van directamente a paralizar o eliminar la célula maligna, sino que también utilizamos medicamentos que son capaces de potenciar el efecto inmune del propio organismo. Afortunadamente, eso es una gran ventaja que no teníamos hace diez años, y nos da la esperanza de conseguir que más enfermos se curen, o bien que la enfermedad se convierta en crónica.
Pero no todo es tratamiento. También hay avances importantes en la prevención, en el screening [cuando se comprueba si una persona tiene cáncer aunque no tenga síntomas], en el diagnóstico precoz, en los tratamientos importantes por los tumores como la cirugía o la radioterapia. La gran noticia es que en muchas áreas se está trabajando para controlar el cáncer y eso nos da una esperanza muy buena de que sea una enfermedad que en los próximos años tengamos mucho más controlada.
Jordi Play
«Conociendo las particularidades de cada tumor podemos hacer una medicina de precisión, una medicina mucho más personalizada»
Jordi Play
«La causa más importante del cáncer es el envejecimiento y eso no lo podemos cambiar»
En la actualidad están en proceso de desarrollo un fármaco, llamado Sym004, que potencia justamente la respuesta inmune.
Es un tratamiento que se aplica a enfermos en los que han fracasado otros tratamientos y que tienen la misma diana, el EGFR [epidermal growth factor receptor, receptor del factor de crecimiento epidérmico]. Por tanto, es importante, es un nuevo avance. De momento lo que tenemos son estudios preliminares, y estamos en proceso de investigación. Se está desarrollando un estudio fase 3 para comprobar si el valor que aporta se confirma en un gran número de enfermos y eso permite trasladarlo a la práctica clínica. [El fármaco Sym004 se ha diseñado para el tratamiento del cáncer colorrectal. Fundamentalmente está compuesto por dos anticuerpos que actúan contra la proteína EGFR, un tipo de receptor al que las células cancerígenas son adictas. Este medicamento forma parte de un ensayo internacional liderado por el Vall d’Hebron].
Recientemente usted y su equipo han desarrollado una técnica que permite practicar biopsias líquidas [una biopsia es el examen al microscopio de un tejido o de un líquido orgánico].
Si podemos decir que una biopsia tumoral es como tener una foto de calidad de la enfermedad, en el caso de la biopsia líquida sería el equivalente a tener un vídeo. Es decir, tan solo hay que extraer una muestra de sangre para poder seguir y monitorizar las alteraciones del tumor, cómo va cambiando con el tiempo y cuál es la reacción de los tratamientos que vamos aplicando. La sangre es como la basura del organismo, como las alcantarillas. Eso quiere decir que en la sangre queda la huella de la presencia de cualquier tumor que exista en el organismo. La biopsia líquida nos permite tener una información más dinámica y evolutiva que la que proporciona la biopsia sólida.
Además, no se pueden practicar biopsias sólidas continuamente. Se trata de un proceso que tiene su riesgo. Y en los casos en que se ha producido metástasis en el organismo, una biopsia sólida solo nos dará información de los órganos de donde procedan los tejidos, no del resto del cuerpo por donde se ha podido extender el cáncer. En cambio, la sangre baña todo el organismo y eso permite tener un mapa mucho más completo de la situación del tumor en el organismo.
La técnica de la biopsia líquida se piensa aplicar en los casos de cáncer colorectal. ¿Con el análisis de sangre se podrán estudiar otros tipos de cáncer?
También estamos estudiando aplicar esta técnica en el cáncer de pulmón y de mama. Es un sistema con el que podemos detectar el cáncer y ver las alteraciones que se producen en el tiempo.
¿Cuál cree que es el éxito más importante de su carrera?
Nos diferenciamos de otros grupos de investigación sobre todo por el tipo de estudios que llevamos a cabo. Tienen un componente de conocimiento básico de la enfermedad gracias a que aplicamos estudios farmacocinéticos y farmacodinámicos. Estos estudios nos dan una gran información para desarrollar, de la mejor forma posible, los medicamentos en los enfermos. Es un modelo desarrollado en el Vall d’Hebron y es un motivo de orgullo. [El estudio farmacodinámico estudia los efectos de los fármacos en el organismo –cómo afecta, por ejemplo, su concentración–; el estudio farmacocinético, en cambio, estudia cómo afecta en el propio fármaco su paso por el organismo].
En el Vall d’Hebron dirige el Servicio de Oncología y también el Instituto de Investigación Oncológica. Parece que existe un vínculo firme entre investigación y aplicación.
Nuestra especialidad está en evolución constante. Eso hace que exista una gran implicación entre la investigación clínica y el tratamiento convencional. Los centros punteros en cáncer son también aquellos que tienen la máxima investigación asociada.
Jordi Play
«Si podemos decir que una biopsia tumoral es como tener una foto
de calidad de la enfermedad,
en el caso de la biopsia líquida sería el equivalente a tener un vídeo»
Jordi Play
«Aunque cada vez haya más cáncer, cada vez se vive más. La tasa de supervivencia aumenta porque la enfermedad se conoce mejor»
Recientemente ha sido elegido para ser el próximo presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica.
Esta institución es la sociedad que engloba a los oncólogos médicos europeos, y también de fuera de Europa. Es una sociedad internacional, ya que el 40 % de sus miembros se encuentran fuera de Europa. Es la sociedad más importante.
¿Cuál es la función de esta institución?
Como todas las sociedades médicas, su propósito es promover al máximo posible el área de la oncología médica. Es un área relativamente joven si se compara con otras, como la de cardiología. El objetivo es procurar que tenga su papel en la sociedad. Como todas las sociedades médicas, también promovemos que el tratamiento oncológico que reciben los enfermos sea el mejor posible en los diferentes países.
En el ámbito sanitario, la Unión Europea ejerce una función de mínimos. Eso quiere decir que cada país cuenta con sus instituciones médicas, lo que nos obliga a interaccionar con los organismos reguladores de cada país y con todas las autoridades.
También promovemos actividades CME [continual medical education, un programa de formación continuada dirigida a los médicos oncólogos] para mantener todos los miembros de la sociedad al día. Es un campo donde los conocimientos están en cambio constante, ya sea en el terreno de la biología molecular o bien de la oncología médica. Por este motivo organizamos congresos –una vez al año–, simposios, aunque cada vez más la formación continuada se hace vía internet. Este medio cada vez es más importante porque es la forma más rápida de ponerse al día en cualquier avance.
También promovemos el diálogo entre las entidades reguladoras de cada país y la industria para conseguir que los mejores tratamientos estén disponibles en todos los países. Este objetivo es cada vez más complejo, pero es un objetivo por el que la sociedad ha apostado. Lo que queremos es que los ciudadanos tengan los mejores tratamientos.
En los tratamientos para combatir el cáncer nos podemos encontrar con medicamentos muy caros que a veces alargan la vida del enfermo, pero muy pocos meses. ¿Cómo se decide si se aplican o no estas medicinas? ¿Es una decisión política o médica?
Tiene que ser una decisión social. Los recursos no son ilimitados. Por este motivo toda decisión que se tome tiene que ser una decisión política, pero también técnica, ya que los medicamentos se tienen que pagar por el valor que dan. Y en eso hay mucho recorrido. Por una parte están los precios que las agencias dan a los medicamentos, y por la otra, los medicamentos se tienen de pagar por el valor que dan. En todo caso, esta es una discusión necesaria, y hay suficiente juego como para que todas las partes se impliquen en buscar soluciones. Es una discusión que, además, hay que hacer con talento. Hay que tener presente el valor que aporta cada medicamento; no se tiene que dar a todos los medicamentos el mismo valor, sino que el valor tiene que estar determinado por el avance que representa cada medicamento en cada área terapéutica.
También se tiene que mirar la situación del país: cada país no puede pagar lo mismo, y eso está en función de su PIB. Es uno de los temas que en la asociación europea estamos promoviendo. Y en la industria existe interés por hablar de este tema.
El periodismo da mucha importancia a los avances sobre el cáncer. ¿Qué errores cree que se producen cuando se hace divulgación sobre este tema?
Lo importante es poner los avances en su contexto. Estas noticias no solo las leen científicos, sino también enfermos. Por eso conviene que la información se de en el contexto de la realidad del tratamiento, sobre todo para no dar falsas esperanzas, o esperanzas demasiado anticipadas. Hay avances que tardarán en trasladarse a la práctica clínica y eso se tiene que dejar claro. Los enfermos viven en una situación de angustia y hay anuncios que no son nada convenientes. Técnicamente la información acostumbra a ser correcta, pero sobre todo hay que vigilar las perspectivas que despierta cualquier novedad.
¿En los próximos años se podrá llegar a curar el cáncer?
Se podrán curar algunos tipos de cáncer, y otros serán crónicos. La población envejece y eso aumenta la posibilidad de desarrollar un tumor. El cáncer, por tanto, continuará con nosotros. Pero en algunos casos lo podemos prevenir, o bien lo podremos diagnosticar precozmente. Un mejor diagnóstico quiere decir que conocemos mejor las alteraciones que produce cada tumor. Por eso el enfoque es múltiple.
Hacer prevención de las causas del cáncer también es importante. Los avances, como digo, se tienen que llevar a cabo en múltiples niveles. Decir que el cáncer desaparecerá en veinte años es muy arriesgado. Pero sí que se puede decir que lo conoceremos mejor y algunos tipos desaparecerán. Habrá otros que no desaparecerán porque no sabremos tratar las causas que los provocan, pero sabremos cómo diagnosticarlos y tratarlos mejor.
¿Tiene algo más que añadir?
Quiero aprovechar para dar un mensaje de esperanza. Aunque cada vez haya más cáncer, cada vez se vive más. La tasa de supervivencia aumenta porque la enfermedad se conoce mejor. El cáncer lo estamos combatiendo y los resultados están claros.
«Conviene que la información sobre avances se dé en el contexto de la realidad del tratamiento, para no dar falsas esperanzas
o esperanzas demasiado anticipadas»
«Los centros punteros en el tratamiento de cáncer son también los que tienen la máxima investigación asociada»