El coordinador de Ciencia sin ficción, Jesús Méndez, estudió medicina, fue investigador y desde 2015 es periodista de ciencia y escritor a tiempo completo. Está convencido de que la ciencia es un campo muy rico para cultivar literatura de no ficción y para ello seleccionó a un elenco de colaboradores que, junto a él, componen los cinco relatos del libro: el bioquímico y periodista Pere Estupinyà, el periodista Javier Salas, el astrofísico, poeta y periodista Sergio C. Fanjul y la escritora Belén Gopegui.
Como dice la contraportada, Ciencia sin ficción «es un título, un concepto y una declaración de intenciones». No es un libro de divulgación, pero en él hay explicaciones sobre ciencia.
Estamos acostumbrados a una divulgación en la que un experto seduce al gran público con recursos narrativos y, una vez captada su «víctima», le tiende una emboscada científica. Este libro no hace eso. Es literatura, o quiere serlo. Por otra parte, huele a periodismo, pero tampoco es un compendio de reportajes.
Cada uno de los cinco relatos tiene como motor ideas de la ciencia y, como protagonistas, investigadores, astronautas, hackers, ciudadanos… Pero el protagonista también es el futuro, la sociedad, la humanidad entera.
El primer relato, de Méndez, versa sobre Francis Mojica, el químico alicantino reconocido como uno de los pioneros de CRISPR. Mosquitos, salinas, palíndromos, antihéroes… en su historia se cruzan elementos para varias novelas, con un generoso potencial narrativo que solo necesita a alguien que quiera sentarse a escribirlas.
El personaje escogido por Pere Estupinyà es Pedro Duque, astronauta español nombrado en 2018 ministro de Ciencia, Innovación y Universidades por el gobierno socialista. En su diálogo, el ingeniero revela detalles personales de su aventura espacial a bordo del Discovery, y el escritor muestra su experiencia sacando el jugo a las facetas más humanas de su entrevistado.
Por su parte, Javier Salas nos abre la trastienda de su trabajo como periodista de ciencia que ha sacado a la luz varios casos de pacientes de cáncer víctimas de charlatanes. El redactor de Materia / El País nos habla de sus sentimientos y dudas a la hora de informar, ahonda en los conflictos de interés de los propios científicos y el uso político de la tergiversación de datos. Para él, la pseudociencia es una narrativa que funciona; ¿el periodismo de ciencia encontrará la suya?
Sergio C. Fanjul recorre la historia de la física desde Kelvin hasta la computación, y la hace más liviana gracias a su humor inteligente. Sus reflexiones más interesantes llegan con la historia de Silicon Valley, y cómo el anarquismo individualista de sus pioneros dio paso al neoliberalismo atroz de los nuevos héroes del emprendimiento.
Belén Gopegui cierra el libro llevándole la contraria al título, porque su relato es pura ficción (que no ciencia ficción) sobre la libertad en un mundo donde los algoritmos penetran en la organización social y en nuestras decisiones personales.
Como resultado, queda patente que la propia ciencia, además de dar lugar a debates éticos, es una actividad profundamente política. «Nada parece haber en la ciencia que escape a lo humano», escribe Méndez. Esa frase lo condensa todo.
¿Y qué le falta a Ciencia sin ficción? Sin duda, una segunda parte.