Diario de un fotógrafo de la naturaleza. Historias, anécdotas y consejos para mejorar tus fotografías, por José Luis Gómez de Francisco. Autopublicación (Logroño, 2018). 30 × 25 cm, 256 páginas.
No podía encontrarse un mejor subtítulo para esta obra: Historias, anécdotas y consejos para mejorar tus fotografías. Y es que de eso trata. El autor ha recorrido medio mundo a la busca y captura de buenas imágenes de naturaleza. Desde los fríos lugares árticos a abrasadores desiertos, desde las cumbres de altas montañas a los acantilados del litoral, desde la selva tropical a la sabana africana… sin olvidar numerosos rincones de la península Ibérica… y durante todas las estaciones del año.
En el trayecto de este libro veremos las más variadas estampas: de riachuelos a grandes cascadas, de pequeños mares a grandes océanos, de hayedos a robledas, de los humedales a la tundra, de abejarucos a estorninos, de palomas a halcones, de orquídeas a mariposas, de cebras a leones, de belugas a morsas… y así hasta más de 300 imágenes. Hay que remarcar la exquisita maquetación, la impresión de calidad, la buena encuadernación en tapa dura y de gran formato… todo ello conforma una obra «redonda» en la que se nota que el autor ha cuidado todos los aspectos.
A lo largo de treinta años ha ido viviendo «historias naturales» que explica de forma desenfadada, y ha acumulado un montón de anécdotas bastante divertidas. Además de las situaciones habituales en que nos encontramos los fotógrafos de naturaleza, como por ejemplo tener que madrugar mucho, subir montañas arrastrando un equipo pesado, sufrir un calor que te hace estar todo el día empapado de sudor, o pasar un frío que te cala hasta los huesos, José Luis ha sido asediado por hordas de voraces mosquitos en Escocia, acribillado por charranes en el Ártico hasta hacerle sangrar y envestido por un alce en Escandinavia, entre otros sustos.
Finalmente, tenemos los consejos fotográficos. El autor es autodidacta, lo que, lejos de ser un inconveniente, acaba siendo una ventaja porque, en vez de sesudas descripciones técnicas con grandes capítulos de largas lecciones, lo que hace es explicar de forma clara y sencilla cómo ha salido airoso de los varios retos que ha tenido que superar.
En definitiva, si leemos este libro aprenderemos fotografía y nos divertiremos con sus aventuras y desventuras, y si lo contemplamos, haremos un largo recorrido por nuestro planeta y podremos comprobar las maravillas que todavía nos tiene guardadas la naturaleza y por las que vale la pena luchar para preservarlas para las generaciones futuras.
Cómo dice el autor, sus imágenes son ventanas al mundo que nos permiten captar su belleza. Pues bien, si te asomas a ellas, podrás soñar con él. Acabaré con la reflexión que hace la amiga Odile Rodríguez de la Fuente en el prólogo, que me parece muy acertada: las fotos son fruto de la tenacidad, el sacrificio y el afán de superación.
