¿Un futuro sin gorilas?

gorilles

El camino evolutivo de los gorilas se separó del nuestro hace diez millones de años. Una cifra que se traduce en una diferencia entre nuestros genomas de un «anecdótico» 1,6 %. Aunque nuestros pasos transitaban distintas rutas evolutivas, la interacción entre ambas especies siempre estuvo viva. Ahora más que nunca, el futuro de los gorilas depende de nosotros.

En su libro Eating apes, publicado en 2003, el escritor Dale Peterson comparte algunos de los testimonios que cazadores del Congo, Uganda y Gabón le dieron al fotógrafo Karl Amman. Estos decían preferir la caza de gorilas debido a su tendencia a desplazarse en familia y, por lo tanto, hacer más sencillo el conseguir más presas en menos espacio. Se llegó a estimar la muerte de entre cinco y diez gorilas al día en estos territorios. El objetivo era el de aprovechar su carne para el consumo (algunos adultos pueden llegar a los 200 kg) y el de sus cráneos para coleccionismo. Desde entonces, la presión contra el furtivismo ha aumentado, pero el estado actual de las dos especies de gorilas (Gorilla gorilla y G. beringei) continúa en peligro crítico, hecho en el que el furtivismo tiene mucho que decir.

En 2018, unos cazadores entregaron a Kala –de solo ocho meses– a las autoridades gabonesas. No se pudo confirmar qué ocurrió con su madre. Al contrario que con los chimpancés, la venta de crías de gorila en el mercado ilegal no es rentable dada su poca resiliencia a la cautividad. Es por eso por lo que suele ser habitual encontrar a los bebés gorila una vez que sus madres son abatidas. Por suerte, llegó al Parque de Biodiversidad Lekedi, uno de los veintitrés santuarios que forman la Pan African Sanctuary Alliance, y cuyo trabajo en Gabón se enfoca principalmente en la rehabilitación de gorilas y chimpancés víctimas del furtivismo. Un largo proceso que, en el caso de Kala, terminará en los próximos años con su liberación en la naturaleza. 

© Mètode 2024 - 120. Ciencia a diestro y siniestro - Volumen 1 (2024)

Doctor en Biología y socioecólogo (Girona). Miembro emérito del Institut d’Estudis Catalans. Fotógrafo de naturaleza y conservación. Entre otros galardones, su trabajo fotográfico ha ganado en tres ocasiones el Premio Capturing Ecology, organizado por la British Ecological Society.