«Schrödinger», de Jesús Navarro Faus

Una ecuación y un gato. Schrödinger Jesús Navarro Faus Nivola. / Tres Cantos, Madrid, 2009. 240 páginas.

Schrödinger es un científico muy interesante e importante (recientemente se consideraba como el quinto científico más influyente de la historia, tan solo por detrás de Einstein, Darwin, Crick y Bohr). Bien merece que la editorial Nivola haya decidido finalmente incluirlo en la serie «Científicos para la Historia», con unos treinta volúmenes editados.

Se encarga de la biografía Jesús Navarro, profesor de investigación del CSIC, en el Institut de Física Corpuscular de Valencia, autor que ya ha puesto de manifiesto su solvencia en biografías anteriores sobre Julio Verne y Richard Feynman, tan instructivas y entretenidas como esta. Consigue alcanzar la recomendación de los clásicos (instruir deleitando) mezclando capítulos biográficos y otros donde presenta las contribuciones científicas y también humanistas, sin las que el personaje no estaría completo. Otra razón es la simpatía que despierta el científico en el autor, que en todo momento recalca su personalidad polifacética, calificándolo de «generalista» y «humanista». Además, se intercalan cuadros con breves informaciones de otros científicos, de instituciones o de conceptos presentados en el texto principal, que contribuyen a facilitar la lectura.

El autor divide la biografía en seis capítulos, siguiendo los seis períodos que el propio Schrödinger estableció en su breve autobiografía. En ellos presenta la infancia, la situación de la física en Austria con las controversias entre Boltzman y Mach, su participación como oficial de artillería en la I Guerra Mundial. Después muestra su carrera como profesor de universidad, considerado un excelente docente, con un estilo sencillo y preciso.

En el cuarto capítulo nos habla de la concesión del premio Nobel y de su renuncia voluntaria a la cátedra de Berlín cuando subió Hitler al poder en 1933 y promulgó una ley de depuración del funcionariado que no le afectaba, ya que no era judío ni socialista, etc. Por ello, él y Einstein fueron los únicos borrados de los registros académicos en el período nazi.

Empieza una época de viajes, dedicando especial atención a los dos que hizo a España en 1934 y 1935, invitado por Blas Cabrera, a quien conoció en una Conferencia Solvay. También muestra algunos textos del intercambio epistolar en castellano que mantuvieron los dos científicos cuando estaban en el exilio.

En 1936 volvió a Austria, a la universidad de Graaz. Dos años después, en 1938, se produce el Anschluss, la unión de Austria y Alemania, y una nueva purga, que inicialmente no le afecta porque acepta escribir una carta de apoyo al nuevo régimen que le pide el rector. El autor nos da elementos para comprender la situación y tampoco rehuye abordar el gran vacío en la autobiografía de Schrödinger, sus relaciones con las mujeres. Pero al final el científico volvió al exilio, entre 1939 y 1956 trabajó en el Instituto de Estudios Avanzados de Dublín. Solo al final de su vida pudo volver a Austria.

En los capítulos más científicos se trata de la ecuación y el gato que dan título a la obra y simbolizan así las principales contribuciones de Schrödinger. En el tercero resume el proceso que lleva a la mecánica ondulatoria y los seis artículos que publicó sobre este tema en 1926, su annus mirabilis. En el sexto realiza una buena introducción a los problemas de interpretación de la física cuántica, presentando la llamada ortodoxia de Copenhague, y los artículos de Einstein, Podolski y Rosen y del gato de Schrödinger, que, a pesar de ser rechazados en el momento de publicación, actualmente se han convertido en clásicos que han dado paso al desarrollo de la información cuántica, la teleportación y otros temas de investigación muy actuales.

También dedica dos capítulos a otros libros de Schrödinger. El capítulo 9, a las contribuciones de los físicos a la biología y especialmente al libro ¿Qué es la vida?, del que resume las principales aportaciones y la importancia que tuvo al llamar la atención sobre problemas importantes de la biología y como fuente de inspiración de los biólogos moleculares. En el siguiente, titulado paradójicamente «El físico metafísico», nos habla de La naturaleza y los griegos, donde se ve cómo estos descubrieron la visión científica del mundo; de Mente y materia, donde se abordan las preguntas clásicas de la filosofía sobre la relación entre las dos, y de Ciencia y humanismo, donde habla del valor de la ciencia, y afirma que hay una sola cultura de la que la ciencia forma parte.

En resumen, un libro de lectura muy recomendable para profesores y estudiantes de física y química, así como para cualquier persona interesada por la ciencia.

 

 

 

 

© Mètode 2011 - 65. Nano - Número 65. Primavera 2010
Doctor en Física y catedrático de universidad de Didáctica de las Ciencias Experimentales de la Universitat de València (España). Investiga en didáctica de la física, en formación del profesorado de ciencias y en pensamiento crítico y cuestiones sociocientíficas en la educación científica.