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«…el futuro siempre pertenece Presentado el año en que se cumplió el 155 aniversario del nacimiento de Nikola Tesla, el libro Yo y la energía incluye dos textos del genio publicados por primera vez en castellano: Mis inventos (autobiografía) y El problema de aumentar la energía humana, más una extensa presentación a cargo de Miguel A. Delgado que bien podría considerarse un libro por sí sola. La presentación se convierte en una apasionante narración histórica del contexto político, social y sobre todo tecnológico existente antes y durante la vida de Tesla, y de cómo sus inventos en gran medida influyeron en el mundo tal y como lo conocemos. Sorprende comprobar hoy la cotidianidad de sus ideas e inventos. Además, Delgado sintetiza de forma tan concisa como eficaz los logros en el estado del arte de la ciencia de Tesla, y presenta al personaje tal y como era, con sus fascinantes virtudes, pero también con sus miserias, desvinculándolo totalmente de los mitos y leyendas creados en torno a su figura desde los primeros experimentos en Colorado Spring y que actualmente son explotados por cómics y películas. En los escritos de Tesla, cuya novedad es la traducción al castellano, nos podemos encontrar en cambio un texto en ocasiones difícil de seguir, pero que, gracias a sus ilustraciones y esquemas, consigue llamar la atención, tanto de los más como de los menos acostumbrados a la materia. No se trata, sin embargo, de una obra narrada con maestría: salta a la vista que Tesla era científico, no escritor. En Mis inventos hace un recorrido por su biografía relatando sus vivencias desde niño, demostrando poseer desde corta edad algo distinto al resto y destacando la fuerte inspiración que recibió de su madre –inventora aficionada–, para acabar con un repaso de sus inventos más importantes y predecir el desarrollo de estos. En El problema de aumentar la energía humana Tesla afronta el problema del futuro de la humanidad aplicando un sencillo principio físico. Sorprende además que ya desde 1900 empiece a hablar de la previsible escasez de los combustibles fósiles y de la necesidad de recurrir a energías como la solar. En definitiva, el libro arroja un poco de luz sobre la obra de este gran genio, cuyo peculiar carácter, escasa visión económica y fuerte rivalidad con Edison y otros científicos de la época, contribuyeron a hacer caer en el olvido al científico y visionario, y favorecieron la leyenda negra, simplista y conspiranoica. La lectura deja una sensación agridulce al comprobar que su gran proyecto Wardenclyffe quedó inacabado, dejándole en la más completa ruina y obligándole a terminar sus días alejado de la investigación. De la gran injusticia sobre Tesla respecto a Edison nos queda como consuelo que en 1960 el Sistema Internacional incorporara el tesla como medida de la densidad de campo magnético. No existe ninguna magnitud con el nombre de Edison. Raúl Rodríguez. Ingeniero industrial (Valencia). |
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Yo y la energía
