Los que fueron a hacer palma… los segadores de palma de Olocau

Hacer una escoba

Estas fotos se han hecho el verano de 2002 en Olocau, en el huerto de mis padres, Nàssio y Úrsula. El mestre escobero es mi padre, Nàssio Arnal Berga, que ya desde pequeño las hacía con su abuelo Isidro. De mayor tuvo que ir algunas temporadas a Roda de Barà y otros pueblos de Barcelona para segar palma para sobrevivir en tiempos en que no había faena en Olocau. Era un trabajo muy duro, de sol a sol y lejos de la familia.

Antes las escobas de palma eran muy usadas y las había de diferentes clases según para qué se utilizaran, como las de desenteranyinar, que servían para quitar telas de araña –y que por tanto eran muy largas–, para pintar de cal las fachadas, escobillas del punyet para los hornos… También había escobas pequeñas, para que jugaran las niñas, y entonces se ponían una tiritas de lana de color entre las palmas y quedaban con notas de colores, igual que cuando se hacían para la dote de una novia, que también se le ponían colores.

Hacer escobas era una manera más de ayudar a la economía de casa en aquellos momentos. Se hacían aprovechando los tiempos muertos, como de noche al lado del fuego, cuando llovía, etc.

Primero hay que recoger la palma, que normalmente se deja secar en el suelo al lado de la propia mata. Unos días después se recoge, se une en haces y se guarda para cuando haga falta.

Antes de hacer la escoba, se remojan un poco las puntas para que se pueda trabajar más fácilmente. También hay que tener unos trozos de palma recortados para tapar la punta de la hoja mientras se va haciendo la escoba. Se prepara un cordel hecho de esparto que se clava en la caña y se ata a una silla u otro soporte.

Se van poniendo las palmas una a una a lo largo del cordel haciendo un nudo y cuando ya hay bastantes … se enrolla a la caña dándole vueltas con el cordel, dejando la parte de arriba preparada. Con el punzón se remata la cuerda para que no se deshaga.

Se peinan las palmas para que queden igualadas y se hace una anilla con una hoja de palma para que se mantenga apretada mientras no se utilice.
Se igualan las puntas, recortándolas con una hachuela… y a barrer.

Fotos y texto: M. Pilar Arnal y Berga, 2002.
© Mètode 36, Invierno 2002/03.

REFERÈNCIESBarber Vallés, A. i I. Guardiola Mora, 1995. L’artesania de la llata a la Marina Alta. València. Fundació Bancaixa.Gilbaert, M., Niell, F.,  Ramis, A. i J. Sureda, 1990. L’obra de la palma. Cistelles, graneres i cordats. Sa Nostra. Palma de Mallorca. Kuoni, B., 1981. Cestería tradicional ibérica. Ediciones del Serbal, Barcelona.Palmer Verger, M., 1958. “La industria del palmito en Mallorca”, Revista Estudios Geográficos, 72.Vila, P., 1930. Visió geogràfica de Catalunya, vol. I . Barcelona.Zurriaga i Agustí, F., 1990.: La Plana, terra del llebeig. Ajuntament de Xàbia. Xàbia.

© Mètode 2002 - 36. Paisajes del olvido - Disponible solo en versión digital. Invierno 2002/03