Ahora que tengo veinte años…

Desde Mètode podríamos volver la vista atrás para analizar la trayectoria de la revista desde el número cero, aparecido en 1992. En la primera tribuna de Mètode el entonces vicerrector, Josep Lluís Barona, escribió: «Una de las cuestiones que más preocupa en la actualidad a la sociología de la ciencia es el problema de la transmisión del conocimiento científico y sus aplicaciones.» Para qué hacer historia si en el momento actual la necesidad de una aproximación de la ciencia a la sociedad continúa patente.

La divulgación y comunicación de la ciencia continúa siendo una cuestión pendiente. Por una parte, es un hecho un cierto desinterés o incomprensión social hacia la ciencia, casi siempre por desconocimiento. Por otra, la implicación de los científicos en las actividades de divulgación ha sido principalmente fruto del voluntarismo individual y en muchos casos el vehículo por el que la ciencia ha llegado al público han sido medios de comunicación no especializados y a veces un tanto sensacionalistas. Debemos añadir que la divulgación de la ciencia no está siendo bien entendida ni incentivada por los responsables de la política científica estatal o autonómica: el profesor de universidad, el científico, no obtiene ningún reconocimiento por el hecho de ser un buen divulgador…

«Iniciativas como ‘Mètode’ son necesarias. Llegar al número 75, veinte años después, tiene que ser motivo de celebración pero también un acto de concienciación sobre la importancia de divulgar la ciencia»

En este momento en que la financiación de la ciencia está sufriendo los recortes más importantes de los últimos veinte años, recortes que sin duda tendrán unas influencias muy negativas en nuestro sistema de ciencia y tecnología, es aún más importante el apoyo social a la ciencia. Desgraciadamente, una sociedad científicamente desinformada no ve la necesidad de proteger el desarrollo científico de los recortes presupuestarios. La defensa social de la ciencia no resultará posible sin una proyección social que tan solo puede conseguirse mediante una comunicación eficaz.

En este contexto, iniciativas institucionales como la revista Mètode, orientada a la divulgación de los estudios de la Universitat de València y de la ciencia en general, son necesarias y deben hacerse llegar a la sociedad. Llegar al número 75, veinte años después, con fuerza e ilusión, tiene que ser un motivo de celebración pero también un acto de concienciación de la importancia del hecho divulgativo, de la valoración de la necesidad de una comunicación fluida y continua entre los productores de ciencia y la sociedad. Emprendimos el camino hace veinte años, estamos sufriendo los problemas del día a día universitario, problemas de financiación, y muchas veces nos mueve el voluntarismo, pero somos conscientes de la importancia de nuestra tarea. Los últimos años hemos ampliado nuestro ámbito de influencia, y deseamos que la edición en lengua española de la revista y el anuario en inglés ayuden a difundir el conocimiento generado en el seno de la Universitat de València.

Después de veinte años podemos mirar al futuro, la nueva línea editorial con un comité científico de prestigio tiene como objetivo introducir la revista en los índices, lo que esperamos ayude a hacerla llegar a un mayor número de lectores.

Acabaremos como hemos empezado. Hemos llegado al número 75, veinte años después, y hay que agradecer los esfuerzos de todas las personas que lo han hecho posible. También tenemos que ser conscientes de la importancia que Mètode tiene para la Universitat de València y del compromiso de esta institución con la transferencia del conocimiento a la sociedad.

© Mètode 2012 - 75. El gen festivo - Otoño 2012

Vicerrector de Investigación de la Universitat de València.