Los guapos son los raros

natulrament

«Desmayarse, atreverse, estar furioso… no hallar fuera del bien centro y reposo… beber veneno por licor suave… creer que un cielo en un infierno cabe». Pocas palabras destilan mejor la esencia de algo que ha obsesionado al ser humano desde mucho antes de que Lope de Vega las garabateara en un papel, Jane Austen diera vida al imprescindible Mr. Darcy o se esculpiese la delicada efigie de la bellísima Nefertiti. El deseo sexual y la búsqueda del amor son parte inextricable de nuestra vida; aunque, en realidad, la búsqueda de la pareja nos ha obsesionado desde mucho antes de que fuésemos humanos.

Charles Darwin la abordó en lo que denominó la selección sexual: la idea de que la evolución favorecerá a todos aquellos rasgos que, aunque en un principio parecerían hacer de sus portadores un blanco más fácil para los depredadores, en realidad les permitirían obtener una ventaja, frente a otros individuos de su misma especie, a la hora de reproducirse. Este principio explica la evolución de las famosas plumas del pavo real, así como de otros muchos ornamentos que han evolucionado porque resultan más atractivos a los miembros del sexo opuesto. Estos, a su vez, obtienen dos tipos de beneficios al aparearse con parejas con ornamentos más exagerados. Beneficios directos, en forma de mejores cuidados parentales o territorios con más comida o refugio, y beneficios indirectos, cuando la ventaja está relacionada con los genes que heredará su descendencia.

Por un lado, aparearse con una pareja muy ornamentada puede significar que tu descendencia heredará una dotación genética asociada a una alta viabilidad, supervivencia y capacidad para adquirir recursos, porque solo los individuos en muy buena condición pueden permitirse ser muy ornamentados (la teoría de los genes buenos). Por otro lado, la ventaja podría tener que ver simplemente con el hecho de que, una vez un ornamento resulta atractivo para el sexo opuesto, reproducirse con una pareja ornamentada significará que los hijos heredarán dicho atractivo y, por tanto, se reproducirán más, aunque tengan la misma capacidad para sobrevivir que individuos poco ornamentados (la teoría de los hijos sexis).

La teoría de la selección sexual se ha corroborado, expandido y refinado intensamente desde su formulación original, pero aún mantiene incógnitas. Una de ellas es la paradoja del Lek. Si todas las hembras de una especie se ven más atraídas por los machos más ornamentados y sus hijos heredan estas características, ¿por qué no acaban todos siendo igual de ornamentados? La respuesta podría estar en la belleza de lo raro.

Hace tiempo que sabemos que, en diversas especies de animales, las hembras exhiben preferencias marcadas por machos con ornamentos relativamente raros en su población, pero no terminábamos de entender por qué. Tomos Potter y sus colaboradores han resuelto este enigma estudiando los coloridos gupis que, en la naturaleza, habitan los arroyos de la isla de Trinidad, pero que nos resultan familiares porque adornan los acuarios de cualquier tienda de animales que se precie. En esta especie, las hembras escogen aparearse mayoritariamente con peces con marcas de coloración distintas a las de los otros machos en la población. Esto hace que sus hijos hereden los genes de estas coloraciones «raras», cosa que los convierte en los más sexis del lugar y en los machos con más descendencia. Transcurridas estas dos generaciones, no obstante, los nietos de esos machos raros se encuentran con un problema. Dado el tremendo éxito reproductivo de sus abuelos y padres, sus coloraciones pasan a ser comunes en la población, y ellos resultan menos atractivos. Ahora serán otros machos los raros, y empezará otro ciclo de selección en un proceso que nunca favorecerá un solo tipo de ornamento y, por tanto, mantendrá una exuberante diversidad de formas, patrones y colores en la población. Quedan enigmas por resolver, como entender el origen evolutivo de la preferencia por lo raro, pero, de momento, este fenómeno nos ofrece una respuesta a la paradoja del Lek. ¡Que vivan los raros! 

© Mètode 2023 - 118. Parientes primates - Volumen 3 (2023)

Profesor de Zoología de la Universitat de València e investigador del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universitat de València (España). Doctor en Etología, ha trabajado fundamentalmente en el estudio de la evolución del comportamiento animal. Actualmente, sus investigaciones se centran en estudiar la evolución del envejecimiento y la comunicación animal, y en entender el papel que juega la ecología en la evolución de la selección y el conflicto sexual.