La historia real de cómo y por qué tiene rayas la cebra es, de hecho, un enigma evolutivo que ha desafiado a etólogos y biólogos evolutivos en general desde hace más de cien años. Al menos desde que Alfred Wallace y Charles Darwin disertaban sobre la posible función de las rayas de las cebras, únicas entre los mamíferos.
El ser humano tiene ciertos sesgos congnitivos, como el sesgo del superviviente. Estos sesgos parecen ser adaptativos, pero otros son simplemente fruto de limitaciones para procesar información.
Cuando conversamos, caminamos juntos o simplemente nos sentamos al lado de una persona, nuestras posturas y nuestros movimientos se coordinan
Las coloraciones animales, y los patrones que generan, proporcionan algunos de los mejores ejemplos de evolución por selección natural (tanto ecológica como sexual). Uno de los aspectos más estudiados ha
Entender qué nos diferencia del resto de animales es una antigua obsesión del ser humano. Uno de los atributos a los que con frecuencia acudimos para justificar nuestra supuesta superioridad es la inteligencia. Pero, ¿cómo comparar la inteligencia de especies tan distintas como la de un humano, un pulpo o un delfín?
El olfato es el menos estudiado de todos los sentidos y estamos aún lejos de conocer las implicaciones funcionales de esta enorme variabilidad genética, pero podemos afirmar que no existen dos narices iguales.
Vivimos en una era de contradicciones. La era en la que podríamos aterrizar en Marte o dominar nuestro ADN, es, a su vez, la era de Trump, del negacionismo al cambio climático, o de la inversión de millones de euros en pseudociencias.
[caption id="attachment_18596" align="alignleft" width="320"] Sello conmemorativo húngaro emitido en 2007 con el rostro del fisiólogo y médico Hans Selye, coincidiendo con el centenario de su nacimiento. / Mètode[/caption] No es el