Mucho antes de llegar la globalización, en tiempo del desarrollismo, gran parte del territorio español que no disponía de potencial endógeno para una industrialización de primor encontró en el turismo de sol y playa la vía de desarrollo.
Igual que los que defendemos la huerta creemos que es una muestra irrenunciable de nuestro ser como valencianos en el imaginario colectivo, también creemos que el litoral es una parte de nuestra geografía y de nuestro referente común.