
La foto de la quinta edición de la Conferencia Solvay,celebrada en Bruselas en 1927, se considera una de las más importantes de la historia de la ciencia, pero debo decir que prefiero la de la primera edición. Entre el ademán relajado de los participantes de una reunión casi informal, me llama especialmente la atención cómo Maria Sklodowska-Curie parece querer pasar desapercibida mientras comenta algo con el matemático Henri Poincaré.
La Conferencia Solvay
La Conferencia o Congreso Solvay es un importante acontecimiento científico, la primera edición de la cual tuvo lugar en Bruselas entre el 29 de octubre y el 4 de noviembre de 1911. Su nombre viene de Ernest Solvay, químico e industrial belga, mecenas de esta primera reunión y fundador del Instituto Internacional de Física en 1912 y de Química en 1913.
El objetivo de estas conferencias era y es reunir a los principales representantes mundiales en física y química para comentar los adelantos más relevantes y polémicos del momento. Actualmente, está organizada por el Instituto Internacional Solvay, fundado en 1970 por la familia Solvay junto con la Université Libre de Bruxelles y la Vrije Universiteit Brussel.
En sus inicios no tenía una cadencia fija, pero desde hace unas décadas se hace en ciclos de tres años: el primero dedicado a la física, el segundo de descanso y el tercer año sobre química.
Género de las personas participantes en las primeras ediciones
Edición | Año | Participantes | Mujeres (% respecto del total) |
1 | 1911 | 24 | 1 (4,2%) |
2 | 1913 | 30 | 1 (3,3%) |
3 | 1921 | 20 | 1 (5%) |
4 | 1924 | 15 | 1 (10%) |
5 | 1927 | 29 | 1 (3,4%) |
6 | 1930 | 32 | 1 (3,1%) |
7 | 1933 | 44 | 3 (6,8%) |
8 | 1948 | 52 | 3 (5,8%) |
9 | 1951 | 29 | 1 (3,4%) |
10 | 1954 | 29 | 0 |
11 | 1958 | 29 | 0 |
En este artículo haremos un breve análisis de la presencia de las mujeres en las once primeras ediciones de este congreso, entre 1911 y 1958. En la tabla adjunta se muestra el año de la edición, el total de participantes, el número de mujeres y el porcentaje que representan.
Es importante destacar que solo es posible participar en este congreso por invitación de la organización. Se puede considerar la convocatoria como un reconocimiento al trabajo en curso de las investigadoras y, por tanto, un reflejo de la importancia que la comunidad científica de la época les otorgaba.
Como podéis observar, el número total de participantes disminuyó en la tercera y cuarta edición, ya que se excluyó a los científicos alemanes de las reuniones posteriores a la Primera Guerra Mundial. Y es muy llamativa la ausencia de mujeres en las ediciones de los años cincuenta, a pesar de coincidir con el final de la segunda oleada del feminismo europeo.
¿Y quiénes fueron las participantes? Durante las primeras once ediciones solo encontramos cinco invitadas, de las cuales Maria Sklodowska-Curie fue la única en las primeras seis reuniones. En 1933, más de veinte años después de la primera, la acompañaron su hija Irène Curie-Joliot y la austríaca Lise Meitner. Las tres centradas en el estudio de la radiactividad que inició Maria, quien murió un año después de esta reunión.
La octava edición tardaría quince años en realizarse, después de la Segunda Guerra Mundial. En 1948 participaron Curie-Joliot y Meitner junto con Marie-Antoinette Tonnelat, física teórica e historiadora de la ciencia. En 1951 solo hubo una invitada, Yvette Cauchois, pionera en la investigación europea del primer acelerador de partículas.
La representación de las mujeres en la ciencia

Podemos conjeturar que la participación de estas mujeres en el Congreso representó un empujón para su carrera. Lo que sí parece importante es que hizo posible el contacto de profesionales que trabajaban a miles de kilómetros de distancia.
No sabemos cuál era la visibilidad de este tipo de reuniones para la población general, pero sí queda patente que la participación, o no, de las mujeres en estos actos es un reflejo de la presencia y significación de la mujer en el mundo científico y académico.
En esta sencilla descripción solo se han tenido en cuenta la física y la química de un contexto social muy determinado. Pero los datos confirman la escasa representación de las mujeres en ciertos ámbitos de la ciencia de la primera mitad del siglo XX.
A pesar de que parece una contradicción, la universalidad de la ciencia no ha tenido en cuenta, al menos hasta hace muy poco tiempo, a las investigadoras que la producen. La ciencia es otro campo donde la brecha de género está presente y en el que tenemos que hacer un gran esfuerzo para visibilizar y conseguir la igualdad real.