La resistencia a los antibióticos afecta directamente a la salud de los humanos, pero también a la de los animales y al medio ambiente.
El último brote de listeria puso de actualidad una dolencia que habitualmente no ocupa grandes espacios en los medios de comunicación, pero que actúa continuamente y afecta a muchas personas, y causa incluso la muerte en algunos de los casos. Estas bacterias pueden convertirse, por lo tanto, en «asesinos inocentes».