Torrent acoge estos días el VI congreso Recent Advances in Quantitative Remote Sensing (RAQRS), que durante cinco días reúne a personas de reconocido prestigio mundial en el campo de la teledetección, es decir, la observación y análisis de la Tierra desde satélites. El congreso, que cumple veinte años, pone el foco de atención en la aplicación de la observación terrestre para monitorear el estado de salud del planeta.
La sesión de apertura contó con las intervenciones de José Antonio Sobrino, presidente del congreso; Joaquín Aldás, vicerrector de Planificación, Calidad y Tecnologías de la Información de la Universitat de València; Juan Jesús Ros, alcalde de Torrent, y Jorge Alarte, representante institucional de la Generalitat Valenciana.
Todos los participantes hicieron hincapié en la importancia de que la ciencia trabaje al servicio de la ciudadanía para ayudar a mejorar tanto sus vidas diarias como el entorno en el que se desarrollan. En este sentido, José Sobrino incidió en la relevancia de las aplicaciones que la teledetección ofrece para ayudar a proteger el medio ambiente. El presidente del congreso insistió en la magnitud del problema del calentamiento global, que está destruyendo áreas enteras del planeta y los hogares de multitud de poblaciones, con inundaciones y sequías cada vez más severas. Ante esta situación, que Sobrino calificó como «dramática», la teledetección «tiene la posibilidad y, por qué no, la responsabilidad de conseguir un mundo mejor».
Por su parte, Joaquín Aldás resaltó la necesidad de que proyectos científicos con un «enfoque humanista», como los que se llevan a cabo mediante la teledetección, se den a conocer. Es importante, señaló Aldás, hacer ver que las ciencias básicas como la física se hacen con un propósito concreto, que involucra a toda la población.
«La Agencia Espacial Europea lleva treinta años utilizando técnicas de teledetección que han permitido monitorear el estado de salud del planeta»
Las menciones a la pandemia de covid-19 estuvieron asimismo presentes durante la ceremonia de inauguración. La edición celebrada esta semana estaba originalmente pensada para tener lugar durante 2020, pero el confinamiento y las restricciones sanitarias obligaron a retrasar el encuentro dos años. Sobrino, Aldás, Ros y Alarte coincidieron al resaltar cómo la pandemia ha evidenciado el papel esencial de la ciencia en el desarrollo de las sociedades y cómo esta es fundamental para asegurar la mejora de la vida de las personas y del estado de salud del planeta.
Tras la sesión de apertura tuvo lugar la conferencia inaugural del congreso a cargo de Mark Drinkwater, jefe de la sección de misiones espaciales terrestres de la Agencia Espacial Europea (ESA). Centró su ponencia en el progreso y los logros conseguidos por la ESA en los últimos años, así como en los futuros proyectos que ya están preparándose.
Drinkwater inició su intervención destacando que la protección de la Tierra es una cuestión urgente. «Tenemos una gran responsabilidad sobre nuestro planeta y debemos proteger la vida en él», apuntó. Para ello, la ESA lleva treinta años utilizando técnicas de teledetección que han permitido monitorear el estado de salud del planeta con el fin de obtener datos sobre el clima y su evolución. El ponente hizo un repaso por las misiones de exploración de la Tierra más destacadas hasta el momento, que han tenido como objeto de estudio distintas áreas clave para la evaluación de las condiciones del planeta. Así, explicó cómo la ESA aplica la teledetección para obtener información sobre indicadores relevantes como el grosor de los polos, la radiación de la atmósfera o el estado de la biomasa.
La Agencia Espacial está trabajando también en los futuros proyectos que contribuirán a este análisis de la situación de la Tierra. Entre ellos, destacan el proyecto FLEX, que estudiará el estado de la vegetación terrestre y está previsto que comience en 2025, y el proyecto FORUM, que medirá las emisiones de radiación del planeta y tiene una fecha de inicio estimada en 2027.
Respecto a los objetivos pendientes de la ESA, Drinkwater destacó el trabajo que se está realizando para producir satélites más pequeños, que permitan reducir el tiempo y el coste de las misiones de exploración terrestre. Drinkwater insistió en la importancia de seguir trabajando en la monitorización de aspectos fundamentales como el nivel del mar y los cambios del clima. Además, resaltó la necesidad de investigar nuevos datos que actualmente no están siendo monitoreados, como la cantidad de recursos naturales disponibles.