¿Puede haber una crisis de salud pública como consecuencia de las inundaciones?

Crèdit: UME

Una de las preocupaciones de la ciudadanía de las zonas afectadas por la DANA son los posibles efectos para la salud pública que puede ocasionar el agua estancada, el fango y la falta de acceso a agua potable y alimentos. Óscar Zurriaga es médico especialista en medicina preventiva y salud pública, y nos indica los principales riesgos para la salud que se están produciendo en las zonas afectadas.

Limpieza del«barro»

El trabajo de los voluntarios, «que ya debería de haber concluido», es uno de los riesgos que más preocupa al especialista. Para él es esencial que los voluntarios estén «muy bien equipados» para ayudar en las labores de limpieza. «El problema es que no es solo barro, es lodo, es agua y todo lo que ha arrastrado, además de toda la suciedad que ya había en las calles». En caso de producirse heridas durante la limpieza estas tendrán un «alto riesgo de infección» lo que podría provocar graves problemas de salud.

Suministro de agua y alimentos

El agua es vital para la subsistencia humana tanto para poder beber como para cumplir las necesidades básicas de higiene. «Si el agua está contaminada hay un alto riesgo de contraer enfermedades gastrointestinales», afirma. Es por esto que en algunos municipios han dado un plazo de varias semanas para restablecer el suministro y no se aconseja beber agua del grifo sin tratar o directamente consumir solo agua embotellada. Pese al daño que han sufrido muchas de las infraestructuras de comunicación, es primordial que la población reciba alimentos, productos de limpieza y medicamentos. La cobertura de estas necesidades no habría sido posible sin los aportes de la población, que recorre kilómetros a diario para proveer víveres a los afectados.

Inhalación de gases tóxicos

Los gases que genera la gasolina y los aceites que se han desprendido de los miles de vehículos que arrastró la riada, también pueden tener graves consecuencias para la salud pública. «El otro día tuvimos un problema en un garaje en Chiva donde un grupo de voluntarios se vió afectado por esta clase de problemas», recuerda Óscar Zurriaga. El especialista recomienda extremar la precaución, «principalmente en garajes y recintos cerrados que todavía están con agua puede haber problemas de inhalación de tóxicos».

Plagas de insectos

Uno de los rumores que se ha esparcido entre los ciudadanos de las poblaciones inundadas ha sido la posible proliferación de plagas de mosquitos y otros insectos. Este es el problema que menos preocupa al especialista, ya que es «el único contratiempo en el que la época del año juega a nuestro favor». Los mosquitos son mucho más activos en su reproducción en el período estival, cuando las temperaturas se sitúan entre los 25ºC y los 30ºC.

Problemas emocionales y de salud mental

Aunque son más característicos de la fase posterior a la tragedia, los problemas de salud mental deben situarse en el mismo nivel de importancia que el resto de contingencias. Hay personas lo han perdido todo de la noche a la mañana, incluso pérdidas de familiares y amigos. Un impacto vital de estas características puede ser muy difícil de procesar para la mente humana. «Medidas como la reincorporación de los niños a las escuelas son fundamentales, pero no hay que olvidarse de los adultos, también van a necesitar apoyo psicológico», apunta el especialista.

Las claves

Garantizar el suministro de agua y alimentos seguros y eliminar los restos de las aguas residuales son las claves según Óscar Zurriaga para reducir los riesgos para la salud pública. «Hay que enfocar el problema no solo a nivel individual, hay que preparar todo lo que viene después a nivel comunitario y colectivo, debemos como población aportar nuestro apoyo de forma conjunta y seguir adelante», concluye Óscar Zurriaga.

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