Escucharéis a muchos fotógrafos –incluso profesionales– que dicen: «con JPEG ya queda bien». No se puede rebatir esta frase porque el bien es un concepto relativo, así que lo que para algunos está bien, para otros está mal. Es decir, que para los requisitos de muchos fotógrafos puede ser suficiente, pero para otros no llega al nivel de calidad que deseamos.
En todo caso, lo que debe quedar muy claro es que con formato RAW se puede conseguir un nivel mucho más alto, no en resolución –como erróneamente se argumenta a veces–, sino en varios aspectos no menos fundamentales. Y este libro es la prueba contundente de ello, ya que a lo largo de sus páginas se demuestran las enormes ventajas de disparar en RAW: mayor rango dinámico, más sutileza de tonalidades, recuperación del detalle en las altas luces y de textura en las sombras, e incluso más nitidez, por mucho que algunos no lo crean.
Una de las cosas más divertidas de los cursos que impartimos los profesores de fotografía es ver la cara de sorpresa de los alumnos cuando aprecian la diferencia entre los dos formatos; después de verlo, todos abandonan el JPEG para sus trabajos importantes. De aquí la trascendencia de este libro, que trata el tema del RAW de forma muy profunda y exhaustiva.
Aunque los apasionados lo leerán de un tirón, el libro quiere ser una obra de consulta. Esto se ve facilitado por las referencias cruzadas, es decir, las alusiones a temas explicados en otras páginas, procedimiento que, además, propicia la asimilación de los conceptos más importantes.
«Esta obra demuestra las ventajas de disparar en formato RAW»
La característica más remarcable de esta segunda edición del volumen es que, en un proceso que ha durado siete años, todo ha sido cuidadosamente preparado, probado, corregido, comprobado… nada se ha dejado al azar. Ni que decir tiene que todos los razonamientos y explicaciones son originales, pero el mayor mérito reside en los procesos y optimizaciones que el autor ha descubierto a raíz de su dilatada investigación y experiencia. Una prueba de esto es el procedimiento que él llama «criterio de revelado universal», que establece un orden que evita que la aplicación de una función afecte a otras anteriores.
La característica más remarcable de esta segunda edición del volumen es que, en un proceso que ha durado siete años, todo ha sido cuidadosamente preparado, probado, corregido, comprobado… nada se ha dejado al azar. Ni que decir tiene que todos los razonamientos y explicaciones son originales, pero el mayor mérito reside en los procesos y optimizaciones que el autor ha descubierto a raíz de su dilatada investigación y experiencia. Una prueba de esto es el procedimiento que él llama «criterio de revelado universal», que establece un orden que evita que la aplicación de una función afecte a otras anteriores.