Es curioso que, con tantos libros «sabelotodo» que hay sobre fotografía, no se haya conseguido romper la singular paradoja de que, haciéndose más fotografías que nunca, sea mayúsculo el desconocimiento de las interioridades de las cámaras y los programas que utilizamos.
El valor del libro que reseñamos es que no pretende ampliar la lista de grandes tratados de dudosa utilidad, sino poner al alcance de todos pequeñas herramientas –deliciosos «bits»– con los que resolveremos las preguntas e incertidumbres que nos bombardean continuamente. Preguntas sobre por qué una foto ha salido pixelada, por qué el portátil nos muestra una imagen tan diferente, por qué el laboratorio nos pregunta por el perfil de color, por qué los menús son tan complicados, cuál es el formato más adecuado para web, correo electrónico, copia en papel… Es normal que nos pase eso, ya que a nadie le han explicado estas cosas en el bachillerato, pero habrá que enterarse si no queremos que, por librarnos de la tiranía de los carretes, caigamos en otra peor: la de la ignorancia sobre lo que se está haciendo, y quedarnos a merced de «leyendas urbanas».
Ya hace tiempo que vivimos en la sociedad de la imagen y, ahora, en la de la imagen digital. Desde que Joseph-Nicéphore Niepce tomó la primera fotografía en 1823 han cambiado muchas cosas y se han producido grandes avances: se inventó el negativo, el objetivo, el carrete, el diafragma-iris, el paso universal, la cámara réflex, la captación del color, la diapositiva… Todo ello fue decisivo para el desarrollo y evolución de la fotografía. No obstante, a pesar de reconocer la importancia crucial que tuvieron en su momento, me atrevería a decir que ninguna de estas innovaciones significó tanto en la historia de la fotografía como lo que representa la revolución digital. Y es que realmente se trata de un cambio drástico: lo llamamos «fotografía» casi por tradición, o por nostalgia, ya que, de hecho, es otra cosa. Si Niepce levantase la cabeza… al ver un fotógrafo digital en acción, no reconocería que lo que está haciendo es una etapa avanzada de lo que él inventó hace un par de siglos. «¿Dónde está la fotografía?», preguntaría con toda la razón.
«Lo llamamos “fotografía” casi por tradición, o por nostalgia, ya que, de hecho, es otra cosa»
Si quieres conocer el intríngulis de cómo se capta, se procesa y se guarda digitalmente una imagen, hasta producirse el milagro de que la puedas transformar, imprimir, enviar… en este libro encontrarás la respuesta, ya que hace comprensible la auténtica naturaleza de la imagen digital. Con eso te darás cuenta de que se dicen muchas inexactitudes, cuando no barbaridades, y también que no era tan difícil como parecía. Y si quieres aprender a hacer buenas fotos, desengáñate: nunca dominarás la técnica si no conoces los fundamentos de lo que utilizas. Siempre he seguido este principio en mis clases y talleres.