Atles dels ocells nidificants de Catalunya: Distribució i abundància 2015-2018 i canvi des de 1980
M. Franch, S. Herrando, M. Anton, D. Villero y L. Brotons.
Instituto Catalán de Ornitología y Cossetània, 2021. 639 páginas.
No faltan libros que traten de aves… más bien sobran. Sin embargo, el que comentamos sí que vale la pena, porque, con sus 1.500 mapas, 500 gráficos y las fichas de las especies, es la fuente de información más completa sobre la distribución y abundancia de las aves que crían en Cataluña, así como de los cambios acaecidos en sus poblaciones a lo largo de las últimas cuatro décadas, ya que el primer atlas se hizo en 1984 y este, en 2021.
Cada año crían en Cataluña entre ocho y doce millones de parejas de aves de 233 especies, lo que representa el 39 % de las que nidifican en Europa y son diecisiete más de las que teníamos hace cuarenta años. La más abundante es el conocido gorrión (900.000 parejas), seguido del verdecillo, el petirrojo, el ruiseñor y el pinzón, con más de 400.000. Sin embargo, la mitad no llega a 2.000 y las más escasas son la alondra ricotí, el aguilucho pálido, la polluela, la focha moruna y el zampullín cuellinegro, con menos de diez parejas.
La evolución del poblamiento ornitológico se explica, sobre todo, por el cambio climático y por el abandono de la agricultura y la ganadería tradicionales, y la consiguiente sustitución por bosques y matorrales. En consecuencia, las aves forestales y urbanas han salido ganando. Es el caso del águila calzada, del mosquitero papialbo, de la tórtola turca y del pico menor, que han experimentado una expansión espectacular. En cuanto a las especies exóticas, hemos pasado de solo una (el faisán) a las nueve actuales.
Por su parte, las especies propias de espacios agrícolas y prados han sufrido una gran regresión, especialmente en zonas de montaña. Y no solo por los nuevos bosques, sino también por los cultivos intensivos de monocultivo, que son muy extensos y a menudo utilizan pesticidas contra insectos y pequeños vertebrados que acaban afectando también a sus depredadores. Es el caso de las lechuzas, los verdugos y las tórtolas de bosque.
En definitiva, un libro de gran utilidad para definir políticas de conservación de la biodiversidad y un modelo de cómo hacer un atlas. Es una obra de referencia y de consulta obligatoria para todos los interesados en el apasionante mundo de las aves. Este objetivo ha sido posible gracias a la inestimable ayuda de más de mil colaboradores que han recorrido todo el territorio catalán en busca de las aves nidificantes, coordinados por el Instituto Catalán de Ornitología. Ahora ya deben estar trabajando en el Atlas de 2041.
