«¿Por qué la comunicación en salud es importante?» de Daniel Catalán, Carmen Peñafiel i José Luis Terrón (coords.)
Los retos de la investigación en comunicación y salud
¿Por qué la comunicación en salud es importante?
Avances e Investigación
Daniel Catalán, Carmen Peñafiel y José Luis Terrón (coords.)
Thomson Reuters Aranzadi. Pamplona, 2019. 416 páginas.
En un contexto de creciente envejecimiento de la población, de culto al cuerpo y de mayor preocupación por el autocuidado mediante la práctica del deporte y una mejor alimentación, los pacientes reclaman cada día más a los médicos una mejor comunicación y una mejor explicación de en qué se gastan los impuestos para la prevención, investigación, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades.
También los médicos son progresivamente conscientes de la relevancia de desarrollar una comunicación empática y rigurosa con los pacientes y sus familias, así como los medios de comunicación, los gestores de la salud pública, los centros de investigación o las farmacéuticas, que se encuentran con la necesidad cada día más ineludible de explicar lo que hacen y por qué lo hacen.
Por eso la comunicación de la salud se ha convertido en un referente para los investigadores de la comunicación, lo que se refleja en la proliferación de publicaciones que enfocan esta cuestión en nuestro país en los últimos años. Se pueden citar, entre otros, los volúmenes Estudios de comunicación y salud, coordinados por Peñafiel y Echegaray y por Peñafiel y Terrón (La Latina, 2014 y 2015, respectivamente); Comunicación y salud, coordinado por Cuesta y otros (Dextra, 2017); la Revista de Comunicación y Salud editada por la Universidad Complutense; o Discurso y salud, análisis de un debate social, de Bañón (EUNSA, 2019). En 2016, de hecho, la revista Mètode dedicó a esta cuestión un monográfico titulado «Comunicar la salud: La divulgación médica en los medios de comunicación».
El volumen que reseñamos ahora incluye aproximaciones muy valiosas a las cuestiones que más preocupan hoy en este campo: la necesidad de la ética en la comunicación de la salud, así como la de evitar las fake news; la importancia de la alfabetización y del empoderamiento de los pacientes a través de los medios digitales; el cuidado de la comunicación por parte del sistema público de salud, con cuestiones como las vacunas o los antibióticos, la comunicación de crisis o de riesgo, la protección y prevención de los desastres naturales, las enfermedades crónicas e infecciosas, el sida, las bebidas azucaradas y el papel de los grupos de interés, el análisis de información sobre pacientes y sus necesidades o la asesoría médica en contenidos audiovisuales.
Es una excelente panorámica de las investigaciones más recientes, pero también acerca de las tendencias generales, no siempre positivas, y de las carencias de la investigación en este ámbito. Como, por ejemplo, el hecho de que la investigación se circunscriba a lo que ocurre en los países anglosajones; que no se contemple la perspectiva de género; que básicamente se estudie la prensa y no la televisión o los nuevos medios; o que la información se construya fundamentalmente a partir de fuentes institucionales, sin tener en cuenta a los pacientes o a los expertos.