«What If?», de Randall Munroe

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What If? Serious Scientific Answers to Absurd Hypothetical Questions (traducido a la edición española como ¿Qué pasaría si…? Respuestas serias y científicas a todo tipo de preguntas absurdas) es, probablemente, el mejor libro de ciencia que leeréis este año. Y lo digo consciente de que, si tenéis la revista Mètode entre manos –¡y la sección de reseñas!–, es porque os gusta leer sobre ciencia. Y sin embargo, vengo a hablaros de un libro que es como una chispa resplandeciente a un mar de textos que, a veces, pecan de artificios innecesarios o posturas gravísimas, de un gris impostado (o no) que aleja al lector. What if? es divertido sin ser autoparódico, es divulgación sin querer serlo, es un libro de ciencia que se toma muy seriamente ser imprevisible e irreverente. No renuncia a nada, en un arriesgado ejercicio de malabarismo literario (y editorial). Pero empecemos por el principio.

Xkcd, el núcleo y origen del libro, es el resultado de la acumulación paciente del talento que destilan los dedos de Randall Munroe, un físico que dejó la NASA para dedicarse a vivir de dibujar personajes monocromos en Internet. El salto –triple mortal– implicó crear de la nada una página de nombre enigmático que, eso sí, unos años después es toda una referencia del humor cibernético. Las viñetas de Munroe, sin embargo, no eran viñetas cualesquiera: el suyo es un humor con múltiples referencias culturales y científicas, absurdo, tierno, incisivo. Es por eso que se define como un webcómic de romance, sarcasmo, matemáticas y lenguaje. Fruto de esta unión, Munroe ha parido absolutas genialidades (algunas recogidas en un volumen en papel, xkcd volume 0), y ha protagonizado la mejor retransmisión que se hizo por todo el mundo sobre el descenso al cometa 67P/TG de la sonda Philae, de la misión Gramil del ESA. Tiene millones de seguidores que esperan la próxima actualización de la web, con la sonrisa ya medio dibujada en la cara. Pero… ¿para disfrutar de What if? hay que ser un fan empedernido de la obra de Munroe? En absoluto.

Hace un par de años empezó a recibir –y a contestar– preguntas absurdas remitidas por internautas de todo el mundo. Al principio parecía una ocurrencia sin mucho sentido. Recuerdo el primer «What if», que corrió como la pólvora por las redes sociales: «¿Qué pasaría si trataras de golpear una pelota de béisbol lanzada al 90 % de la velocidad de la luz?». Me dio un poco de pereza leerlo y pensé: «¿Realmente me interesa saber qué pasaría?». Y, asombrosamente, sí. Antes de acabar de leer la entrada estaba realmente emocionado, escuchando en mi interior las explosiones nucleares que provocaría una simple y pequeña pelota de béisbol que nunca nadie podría lanzar. Pero lo más interesante es que Munroe no nos sitúa en un universo extraño, donde nos son ajenas las leyes físicas: exceptuando que a veces se materializa un suceso inicial altamente improbable (lanzar una pelota a 270.000 km/h, que la Tierra pare de rotar pero la atmósfera mantenga la velocidad), el mundo funciona tal y como lo conocemos. Las reglas son las mismas, y podemos experimentar una sensación perturbadoramente paladeable de saber exactamente cómo acabaría la civilización si sucediera lo que alguien ha planteado como una imposibilidad y un interrogante. El autor se documenta, lee artículos científicos (hay bibliografía disponible para curiosos) y contesta de manera detallada y exquisitamente coherente. Y es por eso que el libro engancha, porque no hablamos de galaxias donde todo es distinto, sino de nuestro mundo con un añadido: «What if?»

¿Qué pasaría si construyéramos una tabla periódica hecha de cubos de los elementos que la forman? Os garantizo que cuando lleguéis a los transuránicos la cosa, que ya estaba caliente, se pone realmente interesante. ¿Durante cuánto tiempo podría mantenerse un submarino nuclear en órbita? Más del que estáis pensando, sin duda. ¿Qué pasaría si tratáramos de disparar al suelo una bala con la densidad de un estrella de neutrones? Que tendríamos el Empire State Building en la palma de la mano, y el escenario se acercaría rápidamente al de una atracción de feria con el suelo desnivelado. ¿Y si tratamos de hacer volar una avioneta normal y corriente a los distintos cuerpos celestes del sistema solar? Que el Dragon Kan parecería una atracción para menores de seis años.

Otros lectores, en cambio, preguntan por sucesos factibles (dejémoslo así, venga), o por datos que desconocen y son imposibles de encontrar en las estadísticas oficiales. Son preguntas curiosas que todos, en cierta medida, nos hemos hecho en algún momento. ¿Cuál es la mayor distancia a la que un ser humano puede lanzar un objeto? ¿Desde qué altura tendrías que dejar caer un filete de carne para que se cocinara durante la caída? ¿Cuál es el estado más sobrevolado de Estados Unidos? También se detecta a lo largo del libro una particular obsesión con cronogramas imposibles, desde el más habitual «¿Qué pasaría si se apagara el Sol?» hasta el cálculo de cuánto tardarían dos personas inmortales en encontrarse en un planeta desierto del tamaño de la Tierra. Y también hay respuestas para los que, como yo, pensabais que algún día empezarían a repetirse los tuits, porque habríamos agotado todas las combinaciones posibles de letras metidas en 140 caracteres. La respuesta a «¿Cuánto tiempo tardaríamos en leer todos los tuits que el inglés posibilita escribir?», ya os aviso, da escalofríos.

Para acabar, un consejo: si podéis, haceos con la edición inglesa en papel. El libro electrónico (disponible) no es el continente más adecuado para un manuscrito que intercala texto y dibujos con total naturalidad. En la contracubierta, además, encontraréis un mapa que ilustra maravillosamente la respuesta a una de las preguntas más angustiantes: «¿Qué pasaría si se abriera un portal de diez metros en el punto más profundo del Pacífico y se colara el agua del océano por allá?». Sin haber leído la edición española (con una portada a años luz de la inglesa), algo me dice –me disculparán la osadía– que al humor delicadísimo y tan particular de Munroe, que hace saltar la risa en medio de lásers y supernovas con sus «Citation needed», no le sienta bien el traje de la traducción. Ya saben lo que dicen (y que me perdonen los amigos y conocidos traductores): Traduttore, traditore. El primer culpable, yo, traduciéndoles las preguntas. Y ahora que lo pienso, ¿y si pudiéramos construir un traductor perfecto con una base de datos que…?

Andreu Escrivà
Consultor y divulgador ambiental (Valencia).
© Mètode 86, Verano 2015.

 

94-86What If?
Serious Scientific Answers to Absurd Hypothetical Questions
Randall Munroe
John Murray. Londres, 2014.
320 páginas.

 

 

 

«What if?’ no renuncia a nada, en un arriesgado ejercicio de malabarismo literario (y editorial)»

© Mètode 2015 - 86. Palabra de ciencia - Verano 2015
Doctor en Biodiversidad, escritor y divulgador científico (Valencia).