Todo es química, afirma el título de este nuevo número de Mètode. Efectivamente, la química está presente allá donde miremos. La hallamos en nuestra vida cotidiana, en la calle, en el trabajo, también en nuestro hogar y, por supuesto, en la cocina, tal como nos mostró durante años el añorado Fernando Sapiña, en la sección «La ciencia en la mesa» de la revista. Si en el número anterior mirábamos hacia la ciencia recreativa, en esta ocasión nos centramos en el papel de una disciplina fundamental como es la química para hacer frente al reto de la sostenibilidad, uno de los desafíos más perentorios a los que nos enfrentamos. La química nos ha permitido notables avances a lo largo de la historia. Y ahora, como se explica en estas páginas, está llamada a ser una de las ciencias más importantes en algunos de los retos actuales. Así, en el monográfico, coordinado por Lluís Pascual, doctor en Química y profesor asociado del Departamento de Historia de la Ciencia y Documentación de la Universitat de València, se abordan temas como la mejora de los procesos productivos, la recuperación más eficaz de los materiales, o la investigación de dispositivos de más precisión para la salud. Porque, en definitiva, la química ha modulado y modula nuestra vida. Y, de la misma forma, no hay duda de que lo hará en el futuro. Por eso resulta tan necesaria, como se explica en el número, la creación de un organismo internacional que revise las prácticas ligadas a la disciplina de forma global y periódica. En este número, también entrevistamos a la catedrática Pilar Serra, vicerrectora de Sostenibilidad, Cooperación y Vida Saludable de la Universitat de València, para conocer las propuestas en esta materia en el ámbito universitario. Porque la universidad debe liderar la revolución sostenible del futuro.