Un buen trato para la diversidad agraria

Como en los buenos tiempos de las antiguas relaciones agrarias, la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana ofrece un trato a los labradores interesados en conservar la diversidad al campo: semillas hortícolas de siempre a cambio de información. La Conselleria entrega semillas de variedades tradicionales a cambio de que las cultiven y de un retorno de información de su comportamiento agronómico. Se consigue así la conservación de los recursos fitogenéticos en el campo y el aumento de datos es útil sobre las cosechas.

Ya hablamos del Plan de la Diversidad Agraria Valenciana en el número 95 de la revista Mètode y ahora ya podemos decir que está completamente operativo, puesto que se ha presentado recientemente el Catálogo valenciano de variedades tradicionales de interés agrario y los agricultores interesados pueden encontrar las semillas que deseen. Se trata de 45 fichas que describen variedades clásicas de nuestras huertas, elegidas entre aquellas que más interés puedan tener, descritas con conocimientos generales y técnicos a partes iguales, pensadas también para que los consumidores las reconozcan con facilidad.

«Las semillas se ceden de forma gratuita, pero tienen un alto valor que hay que respetar»

El trato, como hemos dicho, es semillas a cambio de información, saberes prácticos de campo para mejorar el conocimiento de las variedades recuperadas, cultivadas en condiciones reales y en cada comarca. Cultivos auténticos de donde se extraerán nuevas semillas de las mejores plantas para guardarlas y volverlas a sembrar, repitiendo este proceso básico para seleccionar y adaptar la variedad a cada territorio concreto, lo que siempre han hecho nuestros antepasados.

La Conselleria cede las semillas gratuitamente como hacían los antiguos –como las han cedido en el Catálogo los labradores y labradoras de nuestras comarcas–, mirando a la persona a quien daban las semillas, valorando si iba a hacer un buen uso de ellas, porque las semillas no se dan porque sí: hay muchos años de seguimiento, selección y cuidado de estos granos que son de la familia y del pueblo. Se ceden sin precio, pero tienen un alto valor que hay que respetar.

La Administración también se compromete con los agricultores a hacer divulgación y promoción a toda la sociedad valenciana de este patrimonio común que es la riqueza de los cultivos que nos alimentan, para que los ciudadanos y consumidores los conozcan y los pidan, lo que puede generar un mercado que haga viable el cultivo al labrador, que no sembraría estas variedades solo por amor a la tradición.

 Semillas de col./ Foto: Josep Roselló

Donde sí que se puede hacer un cultivo desinteresado es en los huertos personales y de ocio, donde no existe la necesidad de vivir de la cosecha. De este modo se puede ayudar a conservar las variedades antiguas y al mismo tiempo disfrutar de los mejores alimentos posibles, que conjugan los valores de la máxima calidad y la base de nuestra gastronomía, nuestra forma de comer.

La Conselleria hace el trato de palabra, como se hacía antes, pero también quedará escrito y firmado en un documento que servirá, por ejemplo, para que los horticultores ecológicos demuestren la trazabilidad de las semillas, puesto que tienen que garantizar su origen ecológico. Todas las semillas del Catálogo se han producido siguiendo este modelo de cultivo.

El Catálogo se puede consultar en la página web de la Conselleria de Agricultura y las semillas están disponibles para el préstamo en las estaciones experimentales agrarias de Elx, Carcaixent y Vila-real, y en el Centro para la Investigación y Experimentación Forestal de Quart de Poblet. Así que… ¿Hay trato?
Venga, ¡trato hecho!

© Mètode 2019 - 100. Los retos de la ciencia - Volumen 1 (2019)
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Técnico agrícola. Estación Experimental Agrícola de Carcaixent.