Disfrutemos del rábano rojo: busquemos un puñado de simientes, hagámosle un lugar en el huerto y fácilmente lo podemos tener casi todo el año en la mesa.
Estamos ante un plan de fomento de la diversidad agraria valenciana que nos propone que conozcamos y consumamos nuestros alimentos. Todas y todos estamos llamados a participar en esta conservación activa.
El boniato forma parte de los cultivos que salvaron del hambre a muchos valencianos en la posguerra. Muchas personas mayores lo recuerdan directamente asado al horno o en el puchero de boniato. También ha sido y es empleado aún en repostería, como en los pastelitos de Navidad.
Por el mes de mayo aparecen las flores, que son de color blanco verdoso y poco vistosas. En julio ya tenemos las semillas, que tienen que secarse al sol y conservarse en un recipiente hermético en un lugar fresco y sombreado.