Regar es más que aportar agua de manera regular a los cultivos; regar es una técnica y un arte. La técnica nos permite aportar agua a voluntad en función de la cantidad disponible y de su calidad; el arte consiste en saber utilizar el agua para conseguir nuestros objetivos de producción.
Probablemente desde su creación, los regadíos de la fachada mediterránea peninsular no han experimentado un cambio tecnológico de tanto alcance e implicaciones como el que se ha dado en los últimos treinta años como resultado de la introducción del riego por goteo.