En defensa de la química
Valencia acoge la presentación de la Declaración Internacional de la Química
«A pesar de su silencioso protagonismo, la química está en la base de prácticamente todos los avances científicos, tecnológicos e innovadores que permiten el progreso de la humanidad.» Así empieza la Declaración Internacional de la Química, firmada en Sevilla en septiembre de 2016 y presentada en Valencia el pasado 7 de febrero. El acto, organizado por la Asociación de Químicos de la Comunidad Valenciana (AQCV) y el Ilustre Colegio Oficial de Químicos de la Comunidad Valenciana, tuvo lugar en el auditorio Santiago Grisolía del Museu de les Ciències. En la presentación participaron Juan Hernández, presidente de AQCV, Enrique Vidal, director de la Ciutat de las Arts y les Ciències, José Pío Beltrán, coordinador institucional del CSIC al País Valenciano, Joan Ribó, alcalde de Valencia, Esteban Morcillo, rector de la Universitat de València, y Miguel Burdeos, presidente de la asociación QUIMACOVA.
«El acto pretendía sensibilizar a la sociedad y a los medios de comunicación sobre la contribución de la química en la mejora de la calidad de vida de las personas»
Bajo el título «La química es la solución» el acto pretendía, además de ayudar a la divulgación de la declaración, sensibilizar a la sociedad y a los medios sobre la contribución de esta ciencia en la mejora de la calidad de vida de las personas. Juan Hernández matizó que «la química no es la solución, pero sí que es una parte imprescindible». Ahora bien, ¿la solución a qué problema? Según se indica en la declaración, un conjunto de desafíos a que tiene que enfrentarse la sociedad actual: el abastecimiento de energía, el agua, la alimentación, el crecimiento demográfico, el acceso global a la salud y a tratamientos médicos, la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. «Invertir en investigación es invertir en futuro», en palabras de Hernández, que también apeló a la responsabilidad de los medios de comunicación: «Hay que contrarrestar los eslóganes publicitarios, falsos, de “sin química”. Sólo son atribuibles a la falta de cultura científica».
Miguel Burdeos aprovechó su intervención para reivindicar el potencial de la industria y la empresa como fuente de riqueza y ocupación estable, mientras que José Pío Beltrán destacó la calidad de la química valenciana, «cosa que no pasa por casualidad.» «Al final se cosecha lo que se siembra», dijo, felicitando la tarea de los centros de formación y el apoyo de las instituciones y la administración. «Los químicos y la química –añadió– pueden jugar un papel muy importante en el cambio de cromos de una economía de usar y tirar a una economía circular». «No sé si sois la solución, o parte de la solución, pero sin duda no se puede avanzar sin la química. Incluso en el lenguaje cotidiano se dice “tenemos química” y no “tenemos matemáticas” o “tenemos física”», bromeó Esteban Morcillo, que como representante de las universidades públicas valencianas defendió el papel de estas a la hora de generar una cultura científica.
Joan Ribó, que hizo mención a su trabajo «durante muchos años» como profesor de Física y Química, se mostró preocupado por «la imagen a menudo distorsionada» de la ciencia en general, y de la química en particular. «Demasiadas veces se usa la palabra ‘química’ en contraposición a ‘aquello que es natural’», afirmó. Ribó también habló de la necesidad de hacer pedagogía desde los medios de comunicación para desterrar esta visión social de la química, «porque no se puede hablar de agua apta para fertilizar y para beber, de energía limpia, de alimentación saludable, de crecimiento demográfico o de lucha contra la enfermedad o contra el cambio climático sin contar con la aportación de la química y la tecnología en un modelo de crecimiento sostenible». Pero en la química no todo vale. «Hay que garantizar una investigación y unas prácticas testadas, seguras. Hay que hacer una apuesta clara por la investigación y la innovación a través de un uso transparente y adecuado de la química».
Después de la presentación, Rosana López Marco, secretaria de AQCV, leyó la Declaración Internacional de la Química. El acto acabó con dos conferencias: «Avances de la química y su impacto en la sociedad», por Javier García Martínez (investigador de la Universidad de Alicante y premio Jaume I de Nuevas Tecnologías 2014) y «Cómo convertir la energía solar en energía química», por Hermenegildo García Gómez (investigador del ITQ y premio Jaume I de Nuevas Tecnologías 2016). En un acto con una única intervención femenina, Javier García destacó la carencia de mujeres en la mesa, para a continuación señalar que «es importante reconocer las mujeres que trabajan en química».
En la organización del acto colaboraban la Generalitat Valenciana, el CSIC, la Universitat de València, la Universidad Politécnica de Valencia, la Universidad de Alicante, la Universitat Jaume I, QUIMACOVA, la Asociación Valenciana de Empresarios de Plásticos (AVEP) y la Asociación Empresarial y Profesional de la Química (QUIMELTIA).