Agua subterránea, ciencia ciudadana y mujeres rurales del Líbano

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En 2014, el Centro de Conservación de la Naturaleza de la Universidad Americana de Beirut puso en marcha un programa de divulgación comunitaria consistente en la cartografía participativa de lugares de interés natural y cultural en cincuenta aldeas. La población de una aldea del sur del país, Deir Ez Zahrani, situó la necesidad de agua potable limpia entre las tres principales prioridades medioambientales. Pedían que se evaluara el riesgo de contaminación del agua, que se determinara dónde se producía (aguas subterráneas, tuberías, depósitos de almacenamiento) y que se propusieran medidas correctoras.

En respuesta a estas demandas, la Universidad puso en marcha un proyecto participativo de control de la calidad de las aguas subterráneas. El proyecto implicó a voluntarios locales en la recogida de muestras de agua y su análisis químico, con el apoyo del municipio. La innovación tenía dos vertientes: no solo consistía en implicar a la población local en tareas técnicas que suelen llevar a cabo expertos científicos cualificados, sino también en capacitarla para participar en el análisis de los datos generados y en el proceso de toma de decisiones. De hecho, los participantes pudieron utilizar los datos que producían para influir en el diagnóstico del problema de la calidad del agua, así como en las decisiones tomadas para resolverlo.

La captación de voluntarios contó con el apoyo del ayuntamiento y de dos mujeres comprometidas en dos ONG (representantes de los dos partidos políticos dominantes) que contribuyeron activamente en la captación. Veinticuatro ciudadanos, principalmente mujeres, aceptaron participar en la recogida de muestras de agua y su análisis, utilizando un laboratorio móvil que se instaló en el pueblo. Aunque algunos voluntarios estaban interesados sobre todo en los aspectos técnicos y científicos de las pruebas, la mayoría estaban claramente motivados por resolver el problema de abastecimiento de agua, mediante la identificación de las fuentes contaminadas. Las participantes femeninas estaban sobre todo interesadas en analizarlas pruebas del agua, mientras que los participantes masculinos estaban más comprometidos con la recogida de las muestras.

El proyecto identificó diversas causas de la mala calidad del agua: la contaminación de un pozo público, uno privado y de un embalse. También descubrieron que un pozo público que había sido cerrado previamente por el Ministerio de Sanidad podía utilizarse de forma segura. Se identificaron las medidas correctoras necesarias, como la instalación de unidades de tratamiento del agua y reparaciones en el embalse, pero no todas se pusieron en marcha.

En 2017 finalizó el proyecto y se dio el equipo a la comunidad, con suministros suficientes (productos químicos, etc.) para hacer funcionar el laboratorio móvil durante un año. Sin embargo, la monitorización comunitaria se detuvo definitivamente en 2019, fundamentalmente por la falta de apoyo financiero del municipio al comité. Esta interrupción, de una iniciativa tan positiva, es desgraciadamente una situación habitual en los proyectos universitarios de investigación e innovación social.

© Mètode 2023 - 117. El legado de los dinosaurios - Volumen 2 (2023)
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Unidad de investigación G-Eau de la Oficina de Investigación Geológicas y Mineras de Francia.
Investigador del Centro Valenciano de Estudios sobre el Riego de la Universitat Politècnica de València y profesor asociado del Departamento de Geografía de la Universitat de València.