La degradación del Mar Menor no comenzó con la dramática imagen de toneladas de peces muriendo en sus orillas el pasado mes de octubre de 2019. Tenemos que remontarnos a principios de la segunda mitad del siglo pasado.
El huerto es de regadío por definición. Pero regar es más que aportar agua de manera regular a los cultivos; regar es una técnica y también es un arte. La técnica nos permite aportar agua a voluntad en función de la cantidad disponible y de su calidad; el arte consiste en saber utilizar el agua para conseguir nuestros objetivos de producción.
Con materiales sencillos como botellas de plástico, pajitas, plastilina y jeringuillas se pueden observar muchos fenómenos interesantes sobre la presión en el aire y el agua.
Después de años de especulaciones, la sonda 'Mars Express' confirma la existencia de una masa de agua líquida salada de cerca de 20 kilómetros de largo en el polo sur del planeta rojo.
Probablemente desde su creación, los regadíos de la fachada mediterránea peninsular no han experimentado un cambio tecnológico de tanto alcance e implicaciones como el que se ha dado en los últimos treinta años como resultado de la introducción del riego por goteo.
Aproximadamente el 40% de la superficie terrestre (donde vive el 37% de la población mundial) está amenazada por el riesgo de desertificación. Este fenómeno amenaza todo el potencial biosférico de las zonas afectadas y tiene efectos transfronterizos y multisectoriales que inciden directamente en el cambio global.