En 1973 Konrad Lorenz recibió el Premio Nobel de Medicina por sus trabajos sobre los patrones de comportamiento. El científico austriaco está considerado como uno de los padres de la etología moderna, y su trabajo es ampliamente reconocido hoy en día. Lo que a menudo no se recuerda es su pasado nacionalsocialista y sus postulados eugenésicos. Desgraciadamente, no fue el único científico que contribuyó con sus investigaciones a dotar de legitimación las actuaciones nazis. Libros como Biologists under Hitler, de Ute Deichmann, o Creer y destruir, de Christian Ingrao, han evidenciado el alto nivel de colaboración de la academia con los principios del nacionalsocialismo.
Este nuevo volumen de la revista Mètode reúne un selecto grupo de especialistas en la ciencia durante el nazismo. El primer artículo de Ute Deichmann versa sobre las implicaciones entre ciencia e ideología, y nos descubre el periodo nacionalsocialista de muchos científicos alemanes, y las consecuencias que tuvo la política antisemita nazi. Klaus Taschwer se centra en la Academia austriaca, y en la purga de profesores e investigadores de la Universidad de Viena: en especial fija su atención en el Instituto de Biología Experimental y en la persecución de su director y trabajadores, muchos de ellos de origen judío. Philip Ball revisita la figura de Einstein y los ataques racistas que recibió como científico judío. El profesor Wolfgang Kophamel se centra en la figura del etnólogo Franz Termer y como los conceptos nacionalistas, colonialistas y racistas que años más tarde formarían parte de la base ideológica del nacionalsocialismo ya se encontraban en su obra en los años veinte. Por último, Unai Fernández de Betoño analiza la política expansionista alemana, y su legitimación sobre una pretendida visión científica de la geografía y el urbanismo, que influyó también en el franquismo.
Un número potente y sobrecogedor, pero también muy necesario. Y no solo para reflexionar sobre el pasado sino, especialmente, para hacernos pensar sobre el futuro.
