Entrevista a Enric Guinot

"Los molinos no contaminan y los saltos de agua son fuentes de energía renovable"

Profesor de Historia medieval en la Universidad de València.

Enric Guinot es profesor de Historia Medieval en la Universitat de València. Ha trabajado sobre los orígenes del País Valenciano y la época del repoblamiento. También es miembro de la sección historicoarqueológica del Institut d’Estudis Catalans. En los últimos años, y en relación con estos estudios, se ha interesado por el procedimiento de creación y desarrollo de las huertas de regadío en las cuencas mediterráneas. Actualmente es el presidente de la Associació Valenciana d’Amics dels Molins (AVAM).

Explíquenos en qué consiste la Associació Valenciana d’Amics dels Molins.
Hace tres años algunas personas que habíamos estudiado historia, a partir de la crisis de Campanar, vimos que faltaba conocer mejor esta huerta, y su valor histórico, para valorar el significado de su destrucción y tal vez haberla evitado. A partir de aquello montamos una asociación sin ánimo de lucro para conocer el sistema de construcciones ligadas al regadío y explicar su valor y divulgarlo. Constatamos que el elemento más representativo y desconocido del regadío valenciano son los molinos, que despiertan una gran simpatía, pero son desconocidos e identificados con los molinos de viento, que curiosamente aquí, en el país, apenas existen. Queríamos difundir la importancia de los 1.300 molinos de agua de que tenemos constancia que ha habido o hay todavía.

¿En el contexto internacional hay asociaciones parecidas?
Sí. En los países occidentales como Alemania, Holanda, Francia, EE UU, Inglaterra… hay asociaciones dedicadas al estudio de los molinos, desde el punto de vista de lo que representan como primeras industrias, y primeras maquinarias. Los molinos son las primeras maquinarias desde la época romana hasta la primera revolución industrial. Por ejemplo, la asociación inglesa para la preservación del patrimonio industrial ha cumplido ya 150 años de historia. Y es al amor de estas tradiciones que nos planteamos la asociación.

¿Qué tipo de elementos hay alrededor de las canalizaciones de agua?
Las acequias históricas tienen cuatro elementos constructivos que hace falta valorar. En cuanto a los sistemas de captación del agua hay azudes, minas… que en algunos casos se remontan al siglo XV. Algunos son de piedra, otros están reconstruidos, pero la mayoría conservan la ubicación histórica. Hablamos de goles (bocas) con sus medidas históricas, las almenaras que permiten nivelar el agua… Un segundo elemento son las construcciones que permiten distribuir el agua: caixers (cauces de las acequias), que solían ser de tierra, pero ahora ya de hormigón, y el recorrido de los cuales se ha alterado. En estos caixers están los partidores para dividir el agua a través de un sistema de lenguas (en dos), o bien a través de compuertas (files, rolls…). El tercer grupo de elementos de las acequias son los que constituyen la arquitectura para salvar los obstáculos del camino. Aquí incluimos acueductos para salvar un río, o bien minas, sifones, cañones o botanas. En cuarto lugar tenemos las edificaciones para aprovechar la fuerza del agua. Aquí encontramos los molinos, entre los cuales hay una gran diversidad. Por ejemplo molinos de harina, de arroz, almazaras, papeleros, batanes, herrerías o molinos de pólvora.

«La intervención privada es la forma real de llegar a dar una funcionalidad a la gran cantidad de molinos que hay»

Para conocer un poco más los molinos, ¿cómo los definiría y qué partes tienen?
Básicamente hay cuatro grandes espacios. La parte exterior es por donde circula la acequia, que normalmente es un entorno deshecho: se ha desviado la acequia, se ha perdido el derecho al agua… El segundo es el espacio subterráneo: el rodezno, los cacaus (cárcabos)… la zona por donde va el agua que hace mover la maquinaria. Suele estar enterrada, caída, por el efecto del abandono. El tercer espacio es la sala de muelas, que está en la planta baja, con las máquinas fundamentales para hacer la molturación. La cuarta parte (no todos los molinos la tienen), se empieza a instalar durante el siglo XX. Son los cernedores, correas, poleas… que automatizaban los trabajos.

¿Cuál es al causa de desaparición de los molinos?
Los molinos empiezan a desaparecer hacia mediados de los años 1920 por la sustitución de la fuerza del agua por la luz. Tras la guerra se revitalizan un poco por la carestía, pero durante poco tiempo. Hay más molinos donde hay más sistemas de canalización de las aguas, como las cabeceras de las acequias, no tanto donde hay mucha agua. También hay molinos en zonas con tradición de riego como la Vall d’Albaida, la cuenca del río Buñol, o valles como los de Cocentaina y Alcoi. Los ubicados en las zonas próximas a las ciudades o las huertas son los que presentan menos calidad arquitectónica, si bien algunos se remontan hasta antes de la conquista. Por ejemplo, el de Montcada está documentado en 1239, de forma que ya existe con la conquista, en el mismo sitio donde está ahora. Ahora, el edificio que podemos ver hoy tiene 200 años, y es producto de una reedificación. En las zonas periurbanas no es normal encontrar edificios de gran antigüedad. Para ver edificios con una arquitectura –normalmente en ruinas– gótica, hay que ir a las comarcas de El Maestrat y de Els Ports de Morella. En las de interior hay más tradición en construcción en piedra y también en los siglos XV y XVI tienen una época de expansión que permite construir casas y molinos de gran calidad. Con la crisis del XVII estas casas ya no se reedifican y las encontramos tal y como eran.

¿Y guías de los molinos mejor conservados, no hay?
No hay ninguna que explique cuáles son los mejores para visitar ni sus accesos, porque no hay prácticamente ninguno que sea visitable, y en condiciones aceptables, sólo unos 200, y de éstos, con maquinaria completa, la mitad o menos. Visitable y restaurado encontramos uno en Requena, en que cuatro personas, como una actividad particular, hicieron una sociedad y lo han restaurado para visitas. Y también antiguos molineros como Alejandro Descals, en Ontinyent, permiten las visitas. Hasta ahora, ninguna administración ha intervenido. Hemos hecho algunas propuestas, pero nada. El de Petrés, del XIV, tiene maquinaria completa. Hemos presentado dos veces una propuesta a la Diputación, y no han tenido a bien darnos ninguna ayuda.

Foto: M. Lorenzo

Ha dicho que los molinos son las primeras industrias hasta la primera revolución industrial.
Los molinos son instalaciones que han dejado de funcionar a lo largo del siglo XX. Hoy, el mundo rural, las huertas, las edificiaciones… tienen un valor, por lo que representan las formas de vida de las personas que nos han precedido. Por lo tanto un valor cultural. Los molinos también pueden hacer las funciones tradicionales de residencia rural. Un hecho muy importante es que son un tipo de tecnología interesante: no contaminan, porque los saltos de agua son fuentes de energía renovable. Estas tecnologías permiten establecer una comparación entre varios tipos de tecnología tradicional. Los molinos mediterráneos funcionan por reacción, es decir, el agua cae por un canal con mucha pendiente, y la fuerza que adquiere el agua es la que incide en el rodezno y mueve las muelas. Ésta no es la tecnología tradicional de los molinos anglosajones, que son los de rodezno vertical (como una noria). Éstos funcionan en la Europa atlántica y países anglosajones. Había algunos molinos de éstos en la acequia del Júcar, y en Casas del Río hay uno que han arreglado. Esta tecnología es de sitios donde sobra el agua.

¿Y cuáles son las ventajas del modelo mediterráneo de molinos respecto al modelo de molinos anglosajón?
Los molinos valencianos y mediterráneos tienen una tecnología más antigua, pero más adelantada. Es el mundo musulmán, desde los siglos VIII y IX, el que difunde este medio más adelantado y rentable, el cual aprovecha mucho más el salto de agua y la energía derivada, y muestra una eficiencia mayor. Es interesante que nuestra sociedad vea ejemplos donde la tecnología del mundo latino, musulmán… está mucho más adelantada que la del mundo anglosajón. Son aspectos que nos deben ayudar a reflexionar.

La restauración tiene que ser una práctica habitual en los molinos, pero ¿qué tipo de finalidades o funciones debe cumplir?
Hay bastantes. Los molinos que se podrían restaurar tienen un tipo de molturación más próxima a la integral, no tanto de la industrial. Ésta mantiene una mayor calidad porque las muelas van a menos velocidad que en las fábricas. Que en algunas áreas rurales algunos molinos volvieran a moler no supondría una competencia para la industria de los supermercados, pero podría dar una mayor calidad a los productos, a varios tipos de harina, harina integral… es decir, dar un valor añadido a las casas rurales. El molino, por ejemplo, se podría completar con un horno tradicional. Hay un mercado reducido que aceptaría esto: igual que hay productos agrícolas sin pesticidas, también podría haber, a un precio superior, productos hechos a partir de molinos de agua, con este valor añadido. Es una propuesta que no crearía 4.000 puestos de trabajo, pero que contribuiría a sostener un entorno rural. Hay que evitar la musealización, que casi siempre es la salida en que se cae.

«Que en algunas áreas rurales algunos molinos ­volvieran a moler no supondría una competencia para la industria de los supermercados, pero podría dar una mayor calidad a los productos, a varios tipos de harina, harina integral… es decir, dar un valor añadido a las casas rurales»

Sociedad civil o instituciones. ¿Qué parte tiene que tener más peso en la restauración de los molinos?
La intervención privada es la forma real de llegar a dar una funcionalidad a la gran cantidad de molinos que hay. No podemos convertir en museo cada edificio valioso. Hace falta pensar en una diversificación, y aquí interviene la idea de comarca. No podemos montar un museo de la harina, y que cada pueblo tenga el mismo que el pueblo de al lado que está a dos kilómetros. Esto sería insostenible. Hace falta coordinar las actuaciones y animar las rehabilitaciones privadas de suerte que cada edificio antiguo que estuviera inventariado y catalogado se ciñera a unas determinadas reglas públicas de la Conselleria. Cumplir estos parámetros tendría que depender de los ayuntamientos (vigilancia), siempre basándose en unas normas establecidas por la Conselleria de Cultura. Llevar adelante esto significaría desarrollar con normas la Ley de patrimonio valenciano, que es una cosa que no se ha hecho todavía. Son edificios de propiedad privada, pero no son de nueva planta, y son un bien para la comunidad. Por lo tanto, hacen falta normas y supervisión.

¿Qué normas tiene que seguir la restauración de un molino?
Debe haber una parte dirigida por arquitectos (estructuras) y otra dirigida por personas con conocimiento del sistema de circulación del agua, localización de las maquinarias… Los arquitectos no tienen que actuar solos, puesto que por su formación no tienen un conocimiento técnico de estos edificios ni de sus instalaciones.

© Mètode 2002 - 36. Paisajes del olvido - Disponible solo en versión digital. Invierno 2002/03
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Periodista, Red de Museos de la Diputación de Valencia.