«El «creacionisme» militant», de Emili Aurora y José María Segura
Los problemas de los primeros arqueólogos
La excavación de Les Llometes de Alcoy y la celebración del segundo centenario del aniversario del nacimiento de Charles Darwin brindaron una oportunidad al Centro Alcoyano de Estudios Históricos y Arqueológicos para revisar el debate que este hallazgo generó en los primeros años de penetración del pensamiento evolucionista en los círculos eruditos valencianos y la reacción de la jerarquía católica.
En octubre de 1884 se sacó a la luz una necrópolis que excavó el ingeniero industrial alcoyano E. Vilaplana Julià, a quien debemos la primera memoria detallada de una intervención arqueológica en nuestras tierras.
Haciéndose eco de la relevancia que revestía este hallazgo, el eminente naturalista J. Villanueva Piera decidió incluir en 1884 una referencia a él en las Actas de la Sociedad Española de Historia Natural. Al año siguiente pronunció una conferencia en la Sociedad Geográfica de Madrid en la que describía el descubrimiento e incluyó una extensa valoración en la Historia General de España, dirigida por Cánovas del Castillo y publicada por la Real Academia de la Historia.
Al mismo tiempo, en febrero de 1885, el periódico conservador El Eco de Alcoy replicó con unas crípticas epístolas firmadas por E. C. B. La primera, intitulada ¿Quién es Dios?, acusaba a E. Vilaplana y J. Villanueva de «peligrosos transformistas», paradójicamentedos conservadores ilustrados educados en ambientes burgueses y católicos. Pero la invectiva no acababa aquí y condenaba todo indicio de difusión y justificación de las posiciones evolucionistas.
El desarrollo de esta polémica tiene escenario entre las páginas de los dos periódicos locales. Por una parte, el diario vespertino El Eco de Alcoy, afín a la derecha católica, siempre defendió la pertenencia de los restos humanos a los «moros» y por eso afirmaba: «[…] sostuvimos una, dos y más veces que las osamentas no podían datar más que del tiempo de los moros, es una verdad que descansa en la posibilidad de que Les Llometes sirviese de cementerio a los habitantes de Benisayró dada la proximidad a este punto y el fácil acceso entre Les Llometes.»
Por otra parte, el diario progresista El Serpis atribuyó los restos a una antigüedad prehistórica. Tal como rezaba una nota del director, S. Puig Pérez, «[…] se deduce plenamente que la gruta pertenece a la tercera época de la primera edad prehistórica, o sea, la Edad de piedra, periodo neolítico[…]».
Esta polémica nos ofrece una crónica de la primera investigación arqueológica en Alcoy y en los Países Catalanes, junto a un documento de primer orden para entender la respuesta institucionalizada de los sectores católicos más intransigentes a la difusión de las ideas evolucionistas del naturalista Charles Darwin.