«El manual del astrólogo cuántico», de Michael Brooks
El padre Renaixentista de la mecánica cuántica
El manual del astrólogo cuántico, de Michael Brooks, es un libro que sorprende desde el principio, desde el propio título. Se trata de una biografía, poco convencional y con toques irónicos, sobre el matemático y médico renacentista Girolamo Cardano, en la que el autor se permite la licencia de compartir con el protagonista algunas horas durante su encarcelamiento en la cárcel de Bolonia en 1571.
En el libro se nos presentan en realidad dos vidas entrelazadas («estamos inextricablemente entrelazados en el espacio y el tiempo, como los fotones», dice el narrador), la del protagonista y la del autor. Los azarosos acontecimientos de la vida de Girolamo en el siglo XVI son comentados por este con Brooks, quien aprovecha para darnos unas pinceladas acerca de su propia vida y su forma de interpretar y conocer el mundo. Intercaladas entre sus diálogos, encontramos explicaciones breves y relativamente sencillas de los fundamentos de la física cuántica, ofrecidas por la mano experta del autor, cuya tesis doctoral versaba precisamente sobre un fenómeno cuántico.
Matemático interesado en la probabilidad a causa de su adicción al juego (durante su época de estudiante de medicina en Pavía, Girolamo se pasaba las noches «bebiendo y jugando en las tabernas»), es considerado por Brooks como el verdadero padre de dicha disciplina, adelantándose en un siglo a los estudios de Pascal, Fermat, Leibniz y, más tarde, Laplace. Cardano también descubrió los números imaginarios cuando buscaba soluciones de las ecuaciones cúbicas (otros antes se habían topado con ellos, pero se negaron a aceptar su realidad), aunque afirmó sentir un profundo desagrado hacia ellos, tachándolos de «cantidades imposibles» y «sofisma inútil». Sin embargo, actualmente sin ellos «no somos capaces de explicar el funcionamiento del universo», comenta Brooks.
La probabilidad y los números imaginarios son parte esencial de la mecánica cuántica desarrollada por Schrödinger a principios del siglo XX y son responsables de que la descripción que nos ofrece del mundo físico sea tan extraña y esté tan alejada de las intuiciones naturales. Brooks es capaz de explicar con éxito de forma más o menos sencilla conceptos enormemente complejos y contrarios a la intuición, como la superposición de estados (con gatos vivos y muertos simultáneamente) o el entrelazamiento cuántico y la espeluznante acción a distancia.
Además de la biografía de Girolamo, y en menor extensión la del propio Brooks, el libro nos introduce en las de otros personajes ilustres de la época; en particular, la del matemático Nicolo Tartaglia, con quien Cardano sostuvo un «entrelazamiento» bastante complejo a lo largo de su vida.
El libro ofrece un escaparate de la sociedad renacentista, con frecuentes intrigas y juegos de poder. Describe los populares duelos matemáticos de la época, como el librado por Tartaglia y Ferrari, alumno de Cardano. Con frecuencia un matemático retaba a otro, con el objetivo de desprestigiar al adversario y, a menudo, de quedarse con su empleo.
Se trata, en resumen, de un libro interesante, original, con un buen equilibrio entre la narración novelada y las explicaciones científicas que resulta ameno de leer.