Esta obra analiza el registro fósil de nuestros ancestros más recientes en busca del origen de la compasión, uno de los sentimientos que acostumbramos a identificar como típicamente humano. Hace ya prácticamente 150 años que el altruismo atrajo la atención de Charles Darwin. El científico británico se preguntaba cómo la selección natural podía favorecer comportamientos altruistas que suponen que unos individuos ven reducidas sus posibilidades de supervivencia mientras que aumentan las de otros. Ahora los paleoantropólogos prestan atención a la aparición de este tipo de comportamientos en nuestra línea evolutiva, porque eso significa aportar luz sobre el origen de lo que entendemos por «humano».
La obra dedica un capítulo al estado actual de nuestro árbol evolutivo. Es necesario recordar que la paleoantropología es una disciplina muy dinámica que nos ha acostumbrado a nuevos hallazgos con cierta frecuencia. Por ejemplo, el Homo naledi y el hombre de Denísova son dos grupos de homínidos que se han dado a conocer recientemente y hemos sustituido la idea lineal de árbol o rama evolutiva por la de diferentes líneas evolutivas que se separan y vuelven a cruzarse. El autor introduce esta visión de nuestra evolución en su repaso de las especies que nos han precedido y que empiezan a exhibir comportamientos altruistas.
Una de las dudas que nos resuelve este libro es cómo pueden los científicos detectar evidencias de comportamientos compasivos en un registro fósil integrado fundamentalmente por huesos, objetos e impactos sobre el entorno. A medida que el autor desgrana los hallazgos y los fósiles que evidencian historias de compasión, queda patente la gran cantidad de información que nos aporta aplicar el extenso conocimiento que tenemos sobre nuestra biología en el estudio de nuestros ancestros prehistóricos. Un hueso con una patología o la presencia o carencia de un elemento puede determinar la historia de vida de un individuo que vivió hace centenares de miles –o incluso millones de años– y de su comunidad. Y resulta que a menudo estas historias de vida son historias de compasión. Individuos que vivieron parte de su existencia en absoluta dependencia de otros, que por diferentes razones dedicaron su esfuerzo a cuidarlos en un mundo hostil.
El autor incluye abundante bibliografía de los principales investigadores en la materia, con muchos nombres clásicos. También acompañan la lectura figuras que ayudan a visualizar un gran volumen de datos y fotografías de los fósiles que han aportado luz sobre el origen de la compasión. Fósiles que últimamente han cedido protagonismo ante el desarrollo de disciplinas como la paleogenómica o la genética de poblaciones en el estudio de la evolución humana. Pero este libro demuestra que los fósiles todavía tienen muchas historias que contar.