«Il silenzio delle sirene», de Fabio Acerbi
La versión original de la matemática griega
Casi durante todo el siglo XX, la historiografía de la matemática griega hizo enmudecer los textos matemáticos griegos, empecinada como estaba en su «contenido matemático». Los manuales clásicos de historia de la matemática (con el libro de Thomas L. Heath en cabeza, A History of Greek Mathematics) tenían dos rasgos esenciales: se centraban exclusivamente en los resultados de la matemática griega, y lo hacían, además, con un lenguaje muy semejante al de la matemática moderna. El libro del investigador del CNRS (Centro National de la Recherche Scientifique) Fabio Acerbi evita estos dos errores historiográficos graves a la hora de restaurar para un público culto, no necesariamente especialista, la versión original de la matemática griega.
El autor estructura el libro en tres partes –métodos, problemas y técnicas–, a diferencia de lo que tradicionalmente hacían los manuales, que solo se habían ocupado, como hemos dicho, de las técnicas. Y aquí radica su gran acierto: la matemática griega es una disciplina histórica y filológica y, por tanto, había que estudiar minuciosamente todos los documentos que han llegado a nosotros y explicarlos en su contexto histórico, y no, como se había hecho hasta hace poco, mediante concepciones modernas de la matemática. Este enfoque, original y muy documentado, conduce de manera natural a la hipótesis que vertebra toda la obra: la matemática griega es esencialmente un género literario, y así fue tratada a lo largo de toda la antigüedad. Y es a partir de la descripción del estilo matemático griego cuando se llega al primer gran descubrimiento: las demostraciones de la matemática griega son generales de principio a fin, contra la opinión que tenían todos los que le habían precedido; creemos que tendrán que pasar aún algunos años hasta que se pueda valorar el auténtico alcance de esta conclusión revolucionaria.
A continuación, el autor tiene que gastar mucha energía en la «ripulitura da una spessa costra di guano storiografico» que había recubierto la disciplina, por obra de historiadores poco cuidadosos con las fuentes documentales. Son ejemplos paradigmáticos de esto la reevaluación de figuras míticas (o mitificadas), como Pitágoras, Arquímedes o Hipacia; nos enteramos, así, que la escasa información que los documentos aportan sobre Hipacia ha sido notablemente distorsionada por la historiografía moderna, propensa al «romanzo erudito e al riequilibrio della bilancia dei genere».
El «contenido matemático» se aborda agrupándolo por temáticas y dando primacía a las técnicas demostrativas utilizadas por los matemáticos antiguos por encima de la tópica enumeración de resultados; esta orientación nos acerca más a la concepción, para nosotros un poco extraña, que tenían los matemáticos antiguos de su trabajo. Finalmente, un apéndice de más de cien páginas cierra la obra, en el que se repasa, con notable erudición, gran parte de la tradición manuscrita.
El libro, editado muy pulcramente, parece destinado a convertirse en un clásico y una referencia obligada. Habría, pues, que traducirlo y traducirlo bien, porque no es la última de sus bondades la claridad de su estilo incisivo, de adjetivación precisa y organización perfecta, con chispas polémicas sabiamente dosificadas.