Un planeta creatiu, de Juli Peretó

Una mente creativa en un planeta vivo

Cubierta del libro Un planeta creatiu

Un planeta creatiu. Com va començar la vida a la Terra i com la fabricarem en el laboratori
Juli Peretó
Institució Alfons el Magnànim – Centre Valencià d’Estudis d’Investigació, 2023. 346 páginas.

Siempre es un placer reseñar un buen libro de divulgación científica, especialmente si trata sobre el origen de la vida y más aún si está escrito por un gran amigo. Todo ello confluye en Un planeta creatiu, obra de Juli Peretó publicada por la Institució Alfons el Magnànim. Además, me siento muy ligado a este libro desde que Juli, en una llamada telefónica que nunca olvidaré, me preguntó si me gustaría escribir un poema como preámbulo o introducción al texto que tenía entre manos: una invitación que acepté encantado y dio lugar a unos versos titulados «Pude no ser». Es un honor encontrarlos al comienzo de su obra y haber podido recitarlos en la presentación del libro realizada en el Centre Cultural la Nau de Valencia el día 2 de febrero, en una mesa que Juli compartió con dos amigos comunes, Susanna Manrubia y Vicent J. Martínez.

Dicho esto, en las próximas líneas intentaré mostrar una visión lo más objetiva posible sobre el texto y no dejarme llevar por mi declarada amistad con su autor.

La obra se centra en dos temas íntimamente relacionados: cómo pudo producirse la transición entre la química y la biología en nuestro creativo planeta, hace quizá 3.900 millones de años, y cómo la creativa mente de nuestra especie busca sintetizar vida en los laboratorios. Se estructura en ocho capítulos, cada uno de los cuales comienza con una ilustración del artista Manuel Boix –autor además de la sugerente cubierta–, que retrata a un científico o una científica cuyo trabajo va a ser fundamental en las páginas siguientes.

Porque una de las apuestas más originales del libro es su interés por acercarnos a los investigadores que están detrás de los descubrimientos. Juli los ha leído en profundidad, son referencia constante en sus propios artículos, y mantuvo o mantiene amistad con todos los coetáneos a él. Como resultado, tenemos en nuestras manos una obra de divulgación científica sobre el origen de la vida y la biología sintética, pero también la narración de los aspectos históricos, políticos y personales que han hecho posible tales avances.

Todo ello ha sido cocinado con la paciencia y el esmero de un investigador, profesor y escritor que fue macerando lentamente este relato desde que –en aquel ya lejano 1994– escribiera un breve pero muy completo libro sobre los orígenes de la evolución biológica. Entre los ingredientes de la receta que hoy nos permite degustar Un planeta creatiu encontramos soles y planetas, meteoritos y cometas, atmósferas y océanos, surgencias hidrotermales y charcos de agua templada, arcillas y hielos, lípidos y azúcares, aminoácidos y ribonucleótidos, determinismo y azar, moléculas genéticas que se combinan con metabolismos y compartimentos, químicas complejas que aprenden a autoreproducirse y evolucionar, imperfecciones e innovaciones, microorganismos que compiten y cooperan, eucariotas surgidos de la simbiogénesis… Pero también tenemos matraces y electrodos, papeles de cromatografía y geles de electroforesis, medios de cultivo y placas de Petri, tubos de ensayo y pipetas, secuenciadores automáticos y ordenadores, experimentos de ingeniería genética y de química de sistemas. Así se trata de entender cómo pudo originarse la vida –el autor reconoce que nunca sabremos cómo se originó en realidad– y de contextualizar los intentos de recrearla artificialmente.

En el texto convergen, además de las numerosas aportaciones del propio Juli a estos campos, muchos artículos, libros o cartas leídos, conferencias escuchadas, conversaciones y anécdotas compartidas con algunas de las mentes más brillantes de las últimas décadas. El resultado es un libro de ciencia que no necesita fórmulas, tablas ni esquemas, porque se disfruta como una novela cuya prosa elegante nos acompaña durante más de 160 años de propuestas y hallazgos, desde que en 1859 Charles R. Darwin escribiera el visionario y provocativo párrafo final de El origen de las especies.

En el quinto capítulo de Un planeta creatiu queda bien patente esa capacidad de Juli para combinar ciencia con literatura. Es un interludio muy original y emotivo, porque se pone en la piel del mismísimo Stanley L. Miller para relatar en primera persona cómo en 1952 logró convencer a Harold Urey de que era necesario probar experimentalmente si podrían formarse moléculas orgánicas a partir de los gases presentes en la atmósfera primitiva de la Tierra, según había propuesto en 1924 Aleksandr I. Oparin en su libro El origen de la vida, y como el propio Urey apoyaba. El entusiasmo y la obstinación de aquel brillante graduado en química de solo 22 años doblegó el escepticismo inicial del profesor y premio Nobel, y los exitosos resultados de su experimento –publicados en Science el 15 de mayo de 1953– supusieron el punto de partida de la química prebiótica como disciplina científica. Desde entonces, gracias también a las aportaciones fundamentales de Joan Oró –el centenario de cuyo nacimiento celebramos este año– y de otros pioneros, el origen de la vida no solo se estudia en las bibliotecas: se investiga en los laboratorios.

Todo esto, y mucho más, nos muestra Juli Peretó en un libro que termina con el poético epílogo «Apunts imperfectes sobre la creativitat», seguido por una amplia bibliografía comentada. Solo entonces podemos levantar la vista de sus intensas y sugerentes páginas. Parpadeamos. A nuestro lado, los pájaros cantan y un árbol entrelaza sus ramas. La vida –que pudo no ser, pero fue– sigue avanzando sin rumbo, a la luz de la evolución.

© Mètode 2023 - 118. Parientes primates - Volumen 3 (2023)
Investigador del CSIC en el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) y divulgador científico.