«Los árboles te enseñarán a ver el bosque», de Joaquín Araújo

Con el bosque dentro

Los árboles te enseñarán a ver el bosque. Joaquín Araújo. Prólogo de Manuel Rivas. Ilustraciones de Xavier Macpherson. Crítica. Barcelona, 2020. 332 páginas

La voz del naturalista Joaquín Araújo es inspiradora. Resulta casi imposible leerlo o escucharlo sin sentir unas ganas irrefrenables de ir al bosque a poner los sentidos en alerta y a fijarse en la multitud de matices que la naturaleza nos ofrece. Las páginas de su último libro, Los árboles te enseñarán a ver el bosque, encierran un conocimiento que casi se huele y se palpa, y esto es así porque su discurso no se limita a transmitir las particularidades de las hojas de los tilos, de las raíces de las hayas o de la madera de los robles, sino que, además, está impregnado todo él de la experiencia de haber plantado, estudiado y cuidado miles y miles de árboles.

Araújo se confiesa un emboscado. A la edad de veintiún años quedó cautivado por las sierras de encinas, castaños y olivos que rodean la localidad extremeña de Castañar de Ibor, en la comarca de Villuercas. Fue allí casi por casualidad, con un compañero del servicio militar, y el mismo día de la llegada, prendado por la belleza del paisaje, alquiló una casa y decidió que precisamente allí era donde quería ser enterrado. «Estoy convencido de que todos tenemos un paisaje esperándonos», afirma el naturalista cuando narra aquel recuerdo de juventud cincuenta años más tarde. A partir de aquel momento, Araújo dedicó su vida a estudiar y difundir, sobre el terreno, la biodiversidad que se congrega en los bosques. Colaboró con Félix Rodríguez de la Fuente, ha escrito numerosísimos libros y artículos, ha impartido muchas conferencias, ha firmado documentales y un buen número de intervenciones en medios de comunicación y quizás lo más importante es que ha participado en proyectos educativos con el propósito de enseñar a los estudiantes a plantar árboles. Ahora, con más de setenta años, nos sorprende con este libro donde reúne su sabiduría y nos la transmite con un tono entusiasta, lírico y muy pedagógico.

La enseñanza primordial de esta obra ensayística tan fina podría resumirse con una única sentencia: somos bosque. El bosque, este sistema complejo que se autorregula sin que ninguna mano externa intervenga, nos hizo ser como somos: nuestro sistema auditivo, la capacidad de manipular objetos y la precisión de la vista humana se forjaron entre los árboles. En este sentido, Araújo asegura que «en realidad somos un bosque nómada que un día se bajó de las ramas y echó a andar» y, por eso también, entiende que es del todo perentorio que reconozcamos el valor de los árboles y de los bosques, y que pongamos fin cuanto antes al desastre ecológico al que estamos sometiendo al planeta. Ahora necesitamos los árboles más que nunca, nos alerta el autor.

Con un prólogo bellísimo del escritor y periodista gallego Manuel Rivas que nos recuerda la importancia de los árboles en la Odisea y acompañado de unas ilustraciones minimalistas y sutiles de hojas y frutos de varias especies a cargo de Xavier Macpherson, el libro Los árboles te enseñarán a ver el bosque trata de recoger el mayor número posible de voces de poetas y artistas que se han sentido interpelados por la naturaleza. Así, cada capítulo se abre con una avalancha de citaciones de Horacio, de Lorca, de Whitman o de Thoreau que le confiere un aire lírico y meditativo. Una vez ingresamos en cada uno de los capítulos, nos perdemos con gusto: nos damos cuenta de que la prosa de Araújo se despliega en los detalles y que va explicando detenidamente y con ejemplos la longevidad sorprendente de los árboles, su gran resistencia, las profundas metamorfosis que operan en ellos las estaciones, sus complejos sistemas de comunicación y las dolencias y los peligros a los que se enfrentan.

Es cierto que, sobre todo en la parte final de la obra, la estructura del libro se vuelve ligeramente fragmentaria porque se reúnen materiales de índole muy diversa: compilaciones de citaciones, descripciones de paseos, una carta de una encina a los humanos, explicaciones de acciones reivindicativas y artísticas que tienen que ver con el bosque; pero también es verdad que todo este mosaico de textos está animado por un sentimiento de verdadera estima hacia la naturaleza, un sentimiento que brota tan solo de su profundo conocimiento.

Los árboles te enseñarán a ver el bosque es el compendio del trabajo lento y fructífero de una vida. Con él, Joaquín Araújo nos invita a observar con detenimiento todas las cosas, tal como él mismo hace, concibiéndolas no de una manera aislada, sino interpretándolas en su contexto. El naturalista se empeña en hacernos ver que un árbol no se puede entender sin los pájaros que anidan en él, sin las setas que crecen junto a su tronco, sin los insectos; no se puede entender tampoco sin el ser humano que lo observa. Por este motivo, para Araújo, el único método pedagógico posible es la convivencia con la vida. En su actitud, se adivina la raíz epicúrea de Lucrecio, aquel autor sabio de época romana que nos enseñó que la naturaleza es la única maestra. Es necesario que confiemos en ella. Todos llevamos puestos, dentro, los elementos, los procesos, los ciclos y vidas que están fuera», explica el autor, y añade: «El bosque perpetra, si quieres percatarte, una disolución de fronteras entre el mundo externo y el interno». Con este libro, Joaquín Araújo se revela una vez más como un gran profesor, un profesor que vive con el bosque dentro.

© Mètode 2020 - 107. Océanos - Volumen 4 (2020)
Periodista y escritora (Barcelona).