«Matèria vivent, vida pensant», de Eudald Carbonell y Jordi Agustí

Camino de la conciencia

Siempre he creído que una lengua tiene que poder expresarse en todos los géneros posibles y esto también incluye el ensayo. Sobre todo –lo recalco– en el campo de la divulgación científica. Al final, el papel de esta es fundamental a la hora de poner al alcance del lector común el conocimiento científico. Es decir, de difundir la ciencia de manera entendedora, amena y erudita. Cualquier sociedad desarrollada y plenamente moderna tiene que hacer el esfuerzo de aproximar las disciplinas científicas al público general. Porque el conocimiento es poder, y este poder tiene que llegar a todo el mundo sin trabas. Socializar el conocimiento –también en catalán– es una manera de construir una sociedad más crítica y libre.

Matèria vivent, vida pensant. Evolució i prospectiva de la consciència humana. Eudald Carbonell y Jordi Agustí. Cossetània Edicions. Valls, 2020. 224 páginas.

En este sentido, el ensayo de divulgación Matèria vivent, vida pensant (Cossetània Edicions, 2020), de Eudald Carbonell y de Jordi Agustí, es una propuesta que apunta en esta dirección. Un trabajo altamente conceptual que se fundamenta en dos premisas básicas: poner al día los conocimientos sobre la teoría de la evolución en sus facetas cultural y biológica y, así mismo, plantear cómo este saber puede convertirse en praxis transformadora. Escrito a cuatro manos y dividido en dos partes, los autores se adentran en las coordenadas del pensamiento evolucionista. Y si bien en la primera parte de libro –Agustí, «materia viviente»– predomina la perspectiva biológica en contraste con el carácter cultural de la segunda –Carbonell, «vida pensante»–, existe un denominador común que atraviesa el conjunto de la obra que nos ocupa: la preocupación por la utilidad del conocimiento en la concreción –y génesis– de una conciencia de especie que hay que consolidar en nombre del futuro de nuestro planeta.

La ambición intelectual y un estilo sin concesiones hacen de Matèria vivent, vida pensant, todo un ensayo ecléctico y exigente. A veces, los conceptos –como los árboles– no dejan ver el bosque. Se echa de menos un glosario en la parte final para los lectores menos especializados. Y aun así, el itinerario multidisciplinar que se nos propone es una síntesis fascinante de la complejidad de nuestra especie en el camino hacia su humanización definitiva. De hecho, se tiene que leer con el espíritu de un libro de viajes, porque así nos lo pide la exposición y la estructura del ensayo mismo: un viaje que recorre la distancia que separa la constitución de la materia viviente del surgimiento inesperado –quite by chance, que diría Carl Sagan– de la vida pensante.

Vida pensante que Carbonell y Agustí articulan alrededor de la idea de pensarnos como especie. De trazar nuestro destino a partir del saber científico y de la capacidad que tenemos de meditar –y proyectar– lo que queramos. La lógica direccional del conocimiento socializado puede revertir la aleatoriedad de la selección natural. Es la suya una perspectiva según la cual la noción de conciencia operativa tiene que tener un papel capital en la humanización de nuestra especie. No somos meros actores pasivos. Bien al contrario: somos los deudores de un legado singular y único. Preservarlo está en nuestras manos. Un deber –y un envite– que no podemos obviar.

© Mètode 2021 - 109. El secuestro de la voluntad - Volumen 2 (2021)

Escritor y fotógrafo (Barcelona).