«Otro fin del mundo es posible, decían los compañeros», de Jorge Riechmann

Otro fin del mundo es posible, decían los compañeros
Sobre transiciones ecosociales, colapsos y la imposibilidad de lo necesario
Jorge Riechmann
MRA Ediciones. Barcelona, 2019. 214 páginas.

Jorge Riechmann es profesor de filosofía moral y política en la Universidad Autónoma de Madrid, poeta, ensayista y un conocido activista en movimientos de ecología social. Con este libro nos hace llegar un ensayo que corre el riesgo de ser adjetivado de múltiples formas en función de la óptica de quien afronta su lectura. Así, habrá quién lo encuentre provocador; otros, controvertido; muchos, catastrofista, quizás distópico, pero una lectura serena con la mirada abierta y con actitud crítica lo calificará simplemente de realista.

Estamos ante un texto que trata con rigor la cuestión de cuál es el futuro más próximo, que de forma breve pero intensa y ampliamente referenciada presenta los argumentos científicos, políticoeconomicos y sociales para considerar que, a lo largo de este siglo XXI, asistiremos al ocaso de toda una civilización, la industrial, basada en el capitalismo. Riechmann se refiere a él como el «Siglo de la Gran Prueba», en referencia a la prueba que, como civilización, tendremos que superar: hacer frente a la agravación de la crisis climática que ya estamos sufriendo y a la inminente crisis energética que tenemos muy cerca. El agotamiento de los combustibles fósiles, según apunta el autor, comportará una sacudida de un modelo económico y de desarrollo basado en el crecimiento constante del PIB, con todo lo que esto implica. Tomando como punto de partida esta hipótesis, el ensayo desgrana capítulo a capítulo tanto el argumentario que la sustenta como las medidas que se deberían tomar para que el impacto del declive sea lo más soportable posible. Se asume desde un principio que el cambio es inevitable, dado que en las décadas que nos han precedido no se han tomado las medidas necesarias y hemos cruzado el punto de no retorno. No tenemos ninguna otra opción que prepararnos para las nuevas sociedades que emergerán y que, en opinión del autor, tendrán que construirse con modelos ecosocialistas y ecofeministes. Unos parámetros que distan bastante de las tendencias mundiales actuales, que parecen decantarse hacia políticas conservadoras o incluso ultraconservadoras con actitudes claramente neofascistas.

Lejos de querer ser profético, el autor justifica su discurso con argumentos que desmontan el mito del desarrollo sostenible o del motor eléctrico, por ejemplo, y aporta otros para mostrar, con una crudeza a la que no estamos acostumbrados, las evidencias que indican el colapso al que se dirige nuestra civilización. Es en este punto donde el texto hace esfuerzos importantes para informar al lector de la urgencia con la que tenemos que actuar para hacer una transición lo menos dramática posible hacia un nuevo mundo, que será, irremediablemente, muy diferente del que tenemos.

Una lectura muy recomendable, casi prescriptiva, y más teniendo en cuenta el desastre vivido a escala mundial con la crisis del coronavirus. Una crisis de la que tendríamos que aprender para encarar los tiempos que se acercan porque, a diferencia de la crisis sanitaria, no será temporal, sino que el proceso será irreversible y bastante más dramático. Hace falta, pues, que nos preparemos para la caída porque nos tocará levantarnos, igual que hemos hecho en otros momentos de nuestra historia como especie.