«Petrocalipsis», de Antonio Turiel

La tecnología que no será

Petrocalipsis. Crisis energética global y cómo (no) la vamos a solucionar. Antonio Turiel. Alfabeto Editorial. Madrid, 2020. 210 páginas.

Un profano que ha decidido informarse sobre la que es probablemente la mayor crisis que afrontaremos como especie (al menos como civilización) hace bien de beber de una variedad de fuentes. Aquellas de carácter más motivador son necesarias, pero también es conveniente zambullirse en textos sin miedo a decir lo que normalmente no se quiere escuchar. El libro que tenemos entre manos empieza señalando que «si el lector es de los que piensan que todo tiene solución, este no es su libro, así que puede dejar de leerlo ya». Potente es. Pero no parece ser provocador de forma intencionada: el autor es de los que se denominarían simplemente realistas.

Antonio Turiel es un físico y matemático divulgador conocido, entre otros, por el blog The Oil Crash en el que habla sobre todo de los picos de producción de varios recursos, es decir, del momento en que económicamente deja de salir a cuenta extraerlos. El libro, de hecho, se podría ver como una introducción o un resumen sin demasiados tecnicismos de su blog.

La obra se estructura en capítulos muy breves el título de los cuales es siempre una pregunta planteada en negativo (por ejemplo, «Por qué no instalaremos millones de paneles solares»). El libro recorre las diferentes fuentes de energía, desde las no renovables a las renovables, para concluir que, por varios motivos, ninguna será la solución absoluta al problema energético. En cualquiera de los escenarios posibles, hará falta una reducción drástica del consumo de energía. En el libro están siempre presentes los diversos picos de extracción, que dan una suerte de escala temporal. Por ejemplo, en cuanto a la energía fotovoltaica, se señala su dependencia de la plata, un material barato pero que podría agotarse en veinte años.

Es necesaria una cierta alfabetización científica para seguir el libro, pero es en general muy ligero y no se excede en los datos. Por este motivo puede llegar a echarse en falta que algunas afirmaciones estén mejor basadas desde un punto de vista científico. Hay material de consulta al final del libro, pero este no está referenciado ni apunta a pasajes concretos del texto.

El libro da, en definitiva, una visión general del problema energético al que nos enfrentamos y, en este sentido, funciona bien. Los últimos capítulos se centran en preguntas más variadas y generales. Extremadamente angustiosas son las que hablan de cambio climático y cambio global. Tal vez es eso lo que hace falta para zarandearnos y llevarnos agarrados de la solapa a la acción, pero si el lector sufre de ecoansiedad haría bien de abstenerse. No en vano Turiel cierra el libro con un bote de salvamento. Un último capítulo que, rompiendo la norma, denomina «Por qué sí» donde concluye que no existe solución porque estamos intentando resolver el problema equivocado, el del crecimiento infinito en un planeta finito, y que la respuesta no vendrá solo de cambios técnicos sino, también y sobre todo, de cambios sociales. Y estos están en nuestras manos.

© Mètode 2021 - 108. Ciencia ciudadana - Volumen 1 (2021)