La biología evolutiva sugiere explicaciones de los orígenes naturales y remotos de la cooperación, así como de la revolución cognitiva asociada al surgimiento de la especie humana y de la organización social que la caracteriza. Para entender los cimientos de esta organización social humana necesitamos buscar las ventajas adaptativas que quizás han supuesto, en la historia de la vida, las estructuras sociales y entender qué cualidades parecen seguir vectores biológicos genuinos. Sin duda, las aptitudes cognitivas humanas nos han permitido ir todavía más allá y el incremento de la complejidad de las estructuras sociales ha seguido también un proceso independiente, basado en lo que más tarde se llamará economía y estructuras de poder y que inicialmente se basa en un rasgo distintivamente humano, la cultura acumulativa. Hoy es materia de debate si los comportamientos que van de los primeros asentamientos de cazadores-recolectores hasta las grandes estructuras urbanas actuales tienen un verdadero arraigo biológico. Partiendo de las bases evolutivas de la cooperación, en este monográfico nos adentramos en las estructuras sociales humanas, desde las más simples hasta la complejidad de las sociedades modernas.