La Junta Rectora de la Albufera y las prospecciones petrolíferas
El pasado 2 de febrero se celebró una reunión de la Junta Rectora del Parque Natural de la Albufera absolutamente atípica. Ante la sorpresa de muchos de los habituales miembros de la Junta, a la reunión, presidida por el presidente de la Generalitat, asistieron cuatro consejeros, la alcaldesa, el presidente de la Diputación, el rector de la Universitat de València y el director del Instituto Cartográfico.
Una delegación política e institucional nunca vista en una reunión de la Junta Rectora en sus dos décadas de funcionamiento.
Este órgano colegiado celebra dos reuniones ordinarias al año y hasta el momento la alcaldesa nunca había asistido a ninguna. Normalmente tampoco asiste el titular de la Conselleria de Medio Ambiente. Es la primera vez que el consejero Cotino se deja ver por él; González Pons no se dignó a aparecer nunca, Blasco vino solo en una ocasión a imponer su Plan Rector de Uso y Gestión reclasificador de suelo y promotor de urbanizaciones. Después nunca más volvió.
A la siguiente reunión de la Junta, el 21 de marzo, ni tan siquiera asistió la directora general responsable de los espacios naturales. Se trataba de la primera reunión ordinaria del año y la más importante, dado que se abordan las memorias y proyectos de gestión y los presupuestos –paupérrimos, por cierto.
El 2 de febrero, el director del Instituto Cartográfico presentó una simulación con el litoral valenciano lleno de torres petrolíferas como las del golfo de México. A continuación el consejero Cotino informó de la decisión del Consejo de Ministros de otorgar licencia a una empresa multinacional para la realización de prospecciones petrolíferas. Rita Barberá, con su característico estilo, se erigió en la gran protagonista. La alcaldesa protagonizó un enfervorizado mitin lleno de críticas al gobierno central y llamadas a la unidad de los valencianos frente a las agresiones externas. Por último, el presidente de la Generalitat pronunció un breve y deslavazado discurso, se levantó y, seguido inmediatamente por su amplio séquito, salió de la sala de reunión. Los miembros de la Junta Rectora no tuvieron más papel que asistir pasivamente a las soflamas y arengas de los gobernantes valencianos.
No obstante, el mismo día, la Conselleria de Medio Ambiente publicó una nota de prensa que afirmaba que «la Junta Rectora de la Albufera rechaza las prospecciones de petróleo frente a las costas valencianas. Las conclusiones de la reunión serán trasladadas al Presidente del Gobierno». Esta información es falsa. La Junta no se pudo manifestar. Ni tan siquiera se cumplió el orden del día, ya que no se abordó el punto de ruegos y preguntas.
Ni en la reunión de la Junta ni, hasta ahora, en ningún otro ámbito el gobierno valenciano ha proporcionado ni el más mínimo informe sobre las repercusiones ambientales y económicas de las prospecciones, más allá del impacto visual de las plataformas petrolíferas, cuya construcción significaría que las prospecciones han sido exitosas.
La actuación de los gobernantes valencianos en la Junta Rectora fue, desgraciadamente, una nueva demostración de manipulación política de un problema ambiental.