Clifford

Ilustración: Anna Sanchis

La Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, coloquialmente conocida con la escueta denominación de la VOC (acrónimo de su nombre neerlandés: Vereenigde Oostindische Compagnie), dominó el comercio europeo con el sudeste asiático durante los siglos XVII y XVIII. Era una naviera y a la vez una empresa comercial con ejército propio que respondía al modelo corporativo de cadena de suministro global. Equipó centenares de barcos que hicieron casi 5.000 viajes intercontinentales, es decir, 25 cada año durante dos siglos. Un invento mercantil nada heroico y muy práctico, muy holandés, en las antípodas de onerosas grandezas imperiales.

Uno de los directores de la VOC fue George Clifford III, banquero de ascendencia británica, nacido en Ámsterdam en 1685. Fue inmortalizado por Carl von Linné gracias a la publicación de Hortus Cliffortianus (1737), catálogo razonado, e ilustrado por Georg Ehret, de las plantas existentes en el jardín ornamental y de aclimatación que Clifford tenía en Heemstede. En los invernaderos de Hartekamp, su residencia en Heemstede, Clifford consiguió en 1736 que floreciera y fructificara, por primera vez en Europa, un banano americano, precisamente la especie que Linné había descrito y dedicado al banquero (Musa cliffortiana).

Consagrarse simultáneamente a la banca, al gran comercio internacional y a la botánica no es actualmente muy corriente. Pero los ilustrados eran de otra pasta. Trato de imaginar al sueco Linné, al alemán Ehret y al angloholandés Clifford discutiendo la jugada, quizás en latín, a pie de parterre. O corrigiendo pruebas en los obradores del impresor de Ámsterdam. Linné y Ehret residieron en Hartekamp unos cuantos meses, clasificando y dibujando aplicadamente los centenares de especímenes vivos reunidos por los corresponsales de Clifford alrededor del mundo y aclimatados a la entonces llamada República de las Siete Provincias Unidas de los Países Bajos (Republiek der Verenigde Nederlanden). Otros tiempos, sin duda…

Las Siete Provincias Unidas (Holanda, Zelanda, Gelderland, Utrecht, Frisia, Groningen y Overijssel) se habían ido confederando entre 1579 y 1594, pero no consiguieron librarse de la corona española hasta 1648, año en que Felipe IV reconoció la independencia: adiós al Flandes imperial… En 1795 cayeron bajo influencia francesa (República de Batavia o Bataafse Republiek), hasta 1815. Con alternativas diversas (unión con Bélgica y Luxemburgo durante parte del siglo XIX) acabaron convirtiéndose en el actual reino de los Países Bajos o Nederland.

Todos estos vaivenes políticos no impidieron la actividad mercantil y cultural flamenca y neerlandesa. Mientras Clifford hacía de banquero, naviero y botánico en Ámsterdam, Antonie van Leeuwenhoek (1632-1723), en Delft, comerciaba con tejidos, ejercía de topógrafo y de cristalero y, de paso, manejando lentes, inventaba el microscopio, lo que le llevó a ser el primer microbiólogo de la historia. Anteriormente, en el siglo XVI, Abraham Ortelius, en Amberes, y Gerhard Kremer Mercator, en Lovaina, al servicio de los navegantes, habían puesto las bases de la cartografía moderna, mitad ciencia, mitad expresión plástica. Tanto, que el gran Jan Vermeer (1632-1675), también hijo de Delft, incorporó mapas y globos terráqueos detallados en varios de sus cuadros: El oficial y la muchacha, Mujer con laúd, Mujer con un jarrón, El astrónomo, El geógrafo, El arte de la pintura… Envidiable.

Este maridaje de conocimiento, sensibilidad y sentido económico se advera hoy en día como más conveniente que nunca. La alternativa sostenibilista, por encima de pintoresquismos arcadianos y de groserías desarrollistas, ya viene a ser eso. Las Siete Provincias neerlandesas comerciaron globalmente sin demasiados excesos coloniales. Por otra parte, el sentido práctico holandés, a base de hidráulica y de molinos de viento, convirtió marjales en feraz tierra cultivable. Una buena combinación. Nos convendrían unos cuantos Cliffords, me parece

© Mètode 2022 - 113. Vida social - Volumen 2
Doctor en Biología, socioecólogo y presidente de ERF (Barcelona). Miembro emérito del Institut d’Estudis Catalans.