El ser humano como especie está programado para vivir por encima de los 100 años, e incluso se considera que podría llegar a los 120. Los avances en medicina de los últimos siglos entre los que se encuentran los antibióticos, la difusión de las vacunas, los cuidados dentales o el conocimiento de las medidas básicas de higiene son factores que han alargado drásticamente la esperanza de vida. En la actualidad, el estudio del genoma humano está siendo revolucionario en el tratamiento de enfermedades genéticas gracias a la información que aporta sobre los orígenes de nuestras enfermedades. Este conocimiento conduce al desarrollo de nuevos medicamentos capaces de tratar afecciones de carácter genético como las enfermedades raras que, anteriormente, hubiera sido imposible descubrir.
El estudio de las causas biológicas de la longevidad y el progreso científico permitirán a los humanos aumentar su esperanza de vida y alcanzar estas edades con relativa facilidad, pero ese no es el objetivo. El reto de la comunidad científica es que vivamos más, pero también mejor, y para ello la sociedad tiene que enfrentarse a un inminente cambio de hábitos. Combatir la epidemia global de obesidad, asimilar los requisitos de una dieta saludable —que incluye evitar el consumo de alimentos ultraprocesados, el exceso de azúcares y la alimentación abusiva—, practicar ejercicio de forma regular, evitar el consumo de alcohol y la eliminación total del tabaco de nuestra vida son requisitos fundamentales para tener una vida larga y saludable. Y estos, corren a cuenta de los ciudadanos.
Para alcanzar sanos la vejez, la información también contará con un papel esencial. Combatir la desinformación y lograr así una sociedad bien informada de las recomendaciones médicas más allá de bulos y contenidos poco fiables, constituirá una medida clave para la protección de la sanidad. En definitiva, la unión entre los avances médicos y un cambio de hábitos por parte de la población podría suponer que cumplir 120 años sea factible en un futuro cercano. Un reto en el que los ciudadanos jugaran un papel fundamental.
Responde MANUEL PÉREZ-ALONSO, catedrático de Genética en la Universidad de València y organizador del Longevity World Forum, el primer congreso sobre longevidad y genómica de Europa.
Pregunta enviada por Sergio Serrano Fillol.
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