Técnicamente, el envejecimiento se refiere a una disminución de las funciones fisiológicas con la edad que, si no interviene un accidente o un depredador, en última instancia producirá fallos en el organismo de un ser vivo, que son incompatibles con la vida y producirán, por tanto, su muerte.
Al contrario de lo que podemos pensar, el envejecimiento no es un imperativo biológico. Un organismo no tiene por qué envejecer; de hecho, en la naturaleza hay muchos casos de organismos que no envejecen, o que lo hacen de manera muy lenta. Los tardígrados, algunas especies de moluscos, de tiburones, de tortugas y de árboles son algunos ejemplos.
Entonces, ¿por qué envejecemos? Dado que los organismos disponemos de una energía limitada tenemos que «decidir» en qué la invertimos. Si invertimos la energía en reproducirnos, nos queda menos disponible para sobrevivir: estamos desviando energía de los mecanismos de reparación y de mantenimiento celular que son necesarios para evitar el envejecimiento. Esta es en definitiva la razón por la cual envejecemos, porque la evolución favorece las estrategias que permiten que dejemos más y mejores descendientes. Y esto, para la mayor parte de los organismos, implica envejecer.
Responde Pau Carazo, profesor de Zoología de la Universitat de València.
Pregunta enviada por Lucía Torres López de Guereñu.
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